Un hombre aceptó ayer una condena de cinco años y tres meses de cárcel por una veintena de robos cometidos en hoteles y bares de Alcúdia y Muro cometidos en pocas semanas. El delincuente forzaba alguno de los accesos a los establecimientos para apoderarse principalmente de la recaudación de las máquinas recreativas, aunque también se llevó efectos de valor. En uno de los robos fue sorprendido por un trabajador, al que golpeó en la cabeza para poder escapar. Ayer, en un juzgado de lo penal de Palma, se declaró autor de delitos de robo con fuerza continuado y robo con violencia tras el acuerdo alcanzado entre su abogado y la fiscal. El acusado tiene varios antecedentes y vivía en una casa okupada, donde la Guardia Civil encontró una parte de los objetos sustraídos.
La oleada de robos se produjo entre el 28 de abril y el 18 de julio del año pasado. La Guardia Civil del puesto de Santa Margalida inició una investigación ante la avalancha de denuncias recibidas por delitos similares. El ladrón solía actuar de madrugada y mostraba especial predilección por las máquinas tragaperras y recreativas de hoteles, bares y restaurantes. Se colaba en ellos tras forzar algún acceso y luego destrozaba los aparatos para conseguir llegar al cajetín donde se depositan billetes y monedas. En algunos robos logró hacer con botines que superaban los mil euros. En uno de los negocios afectados llegó a entrar cinco veces en un mes.
El 17 de junio de 2022, hacia las diez y media de la noche, se coló en un hotel de Alcúdia armado con un destornillador. Cuando estaba desvalijando una de las máquinas, fue sorprendido por un empleado del negocio que intentó interceptarlo. El acusado le dio entonces un fuerte golpe en la cabeza para zafarse de él y consiguió escapar.
Además de la recaudación de las máquinas, el delincuente también se adueñó en los establecimientos del dinero del bote de los empleados y de aparatos electrónicos, como videoconsolas, tabletas electrónicas, teléfonos móviles, cámaras de fotos y joyas.
El acusado fue finalmente detenido por la Guardia Civil el 19 de julio. Los investigadores llevaron a cabo un registro en su domicilio, una vivienda del Port d’Alcúdia donde estaba instalado como okupa, donde encontraron dinero en efectivo y algunos de los aparatos robados. Desde entonces, el hombre, español de 32 años, permanece encarcelado.
La Fiscalía reclamaba inicialmente nueve años y tres meses de cárcel para él por delitos de robo con fuerza y robo con violencia. Ayer rebajó su petición a cinco años y tres meses de prisión al apreciar una atenuante de drogadicción.
