Un turista estadounidense de 26 años de edad murió ayer al mediodía como consecuencia de un accidente ocurrido en la zona rocosa de Cala Varques, en el término municipal de Manacor. El joven se lanzó al mar desde una altura aproximada de unos doce metros. Sin embargo, no calculó bien la caída y en lugar de caer al agua, se golpeó la cabeza contra las rocas. La caída se produjo desde una altura de unos 12 metros, según confirmaron fuentes sanitarias.

Los ocupantes de un velero que estaba navegando por la zona fueron testigos del accidente. Además de avisar a los servicios de emergencia, estas personas fueron las que se acercaron hacia el lugar donde estaba flotando el turista. Lo recogieron del agua y se acercaron hacia la playa, donde ya estaban esperando los servicios sanitarios.

Dada la gravedad de lo ocurrido, el servicio 061 envió al lugar de los hechos a dos ambulancias. El joven apenas respiraba y su estado, a primera vista, era de extrema gravedad. También acudieron patrullas de la Policía Local y de la Policía Nacional. Al tratarse de un incidente ocurrido en el mar se movilizó también a una lancha de Salvamento Marítimo. 

Los sanitarios realizaron todo tipo de maniobras para poder recuperar el pulso del joven turista, que se encontraba en la isla de vacaciones con su pareja, también estadounidense. Sin embargo, era tan grave su estado y las lesiones que presentaba en la cabeza eran tan profundas que no se pudo hacer nada para salvarle. El médico certificó su muerte. El cadáver fue trasladado en la lancha de Salvamento Marítimo hasta Porto Cristo, donde lo esperaba el forense. Posteriormente fue trasladado al Instituto Anatómico Forense.

En la zona donde se produjo este incidente mortal es habitual que se produzcan cada año numerosos accidentes. Muchos turistas y residentes aprovechan el acantilado que hay junto al mar en Cala Varques para lanzarse al agua. Es un salto muy peligroso y es frecuente que estas personas calculen mal el salto y en vez de caer al mar, se precipitan sobre las rocas.