El equipo de perros de la Guardia Civil adiestrados en la localización de cadáveres enterrados ha llevado a cabo este jueves una segunda operación en Mallorca. Tras el rastreo infructuoso de una finca de sa Porrassa, en Calvià, cerca de donde desapareció la adolescente Malén Ortiz en 2013, el grupo especial se ha desplazado a una finca rústica de Binissalem donde se sospecha que pudo ser asesinado Antonio Llabrés Mayrata en 2020. Este hombre de 48 años había acogido en su casa a Juan Torres Serra, de 58 años, alias Rotavella, un conocido delincuente ibicenco que a lo largo de las últimas décadas ha sido investigado por la desaparición de cuatro personas. En ningún caso pudo ser acusado porque los cadáveres nunca aparecieron.

A primera hora de la mañana de este jueves, investigadores de la Guardia Civil con guías caninos de perros especializados en la búsqueda de cadáveres, venidos expresamente desde Madrid para la búsqueda de restos de Malén Ortiz, se han citado en un restaurante a la entrada de Binissalem. También han acudido agentes de la Policía Local y un operario a los mandos de una excavadora.

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Rastrean una finca de Binissalem donde se sospecha que fue asesinado un hombre en 2020

La finca de Binissalem registrada en esta ocasión se encuentra en una zona boscosa situada frente al polígono industrial. Hace dos años, en diciembre de 2020, se realizó una minuciosa inspección por parte de la Guardia Civil en la casa de campo donde residía el sospechoso, durante e la investigación por la desaparición de Antonio Llabrés. Este vecino de Binissalem fue visto por última vez el 24 de agosto de 2019. Durante las pesquisas, la Guardia Civil descubrió que el hombre había acogido en su casa durante una temporada a Juan Torres Serra, alias Rotavella. Este dato disparó todas las alarmas. Torres es un delincuente conocido, de 58 años en la actualidad, que fue condenado en 1998 por secuestrar y torturar a un hombre, y que ha sido investigado a lo largo de las últimas décadas por la desaparición de otras tres personas en Ibiza. En todos los casos, Rotavella se instaló a vivir en los domicilios de los posteriormente desaparecidos. Este caso se repitió en Binissalem. Sin embargo, nunca aparecieron sus restos, lo que impidió que pudiera ser acusado.

Durante varios días de diciembre de 2020 un numeroso grupo de guardias civiles, con perros adiestrados y excavadoras, revisaron el terreno de una finca de Binissalem en busca de signos de enterramiento, sin resultado. La búsqueda se ha reactivado la mañana de este jueves en otro paraje boscoso. Para ello se ha aprovechado la llegada desde Madrid de un equipo de guías caninos con perros altamente especializados en la búsqueda de restos humanos. Estos efectivos han participado esta semana en la inspección de la finca de sa Porrassa situada cerca de donde desapareció Malén Ortiz, aunque sin resultado. Durante toda la mañana han excavado esta otra finca de Binissalem para reanudar la búsqueda de pistas sobre el caso de Antonio Llabrés. Por la tarde, este registro se ha suspendido sin éxito.