Sobre las cuatro de la madrugada del pasado martes, mientras muchos celebraban la noche de Halloween, los vigilantes de seguridad que controlan las instalaciones del Real Club Náutico de Palma se percataron de que un personaje misterioso merodeaba por el exterior del recinto. No era Batman, pero tenía una agilidad comparable. El individuo fue grabado por las cámaras del recinto cuando se encaramaba a la valla de cristal que lo rodea, de más dos metros de altura. En actitud sigilosa recorrió un pantalán hasta que se encontró con un botín que le debió parecer apetecible: una bicicleta eléctrica de alta gama que habían dejado en el exterior de uno de los lujosos barcos atracados en la zona. El hombre misterioso se sube a la bici a toda prisa, pedalea de nuevo hasta la valla y la arroja por encima. No le dio tiempo a más. Antes de poder escapar había sido interceptado por dos de los vigilantes privados. Le retuvieron hasta que llegó una dotación de la Guardia Civil, que se hizo cargo del intruso, y ahí se acabó el misterio. Se trataba de un delincuente con antecedentes. La bicicleta, un moderno vehículo eléctrico, estaba valorada en unos 5.000 euros. Permaneció custodiada esa noche en las dependencias del club y al día siguiente fue devuelta a sus propietarios.

Un coche aparcado en mitad de la calzada en Santa Ponça

La misma mañana del martes, sobre las nueve, los vecinos de la Gran Via Penyetes de Santa Ponça se encontraron un coche que parecía haber sido abandonado a toda prisa en medio de la vía. Pese a que en toda la calle no había ni un solo coche estacionado, el vehículo había sido dejado en batería, ocupando uno de los carriles de circulación y obligando a los conductores a invadir el carril contrario para circular, aunque afortunadamente no había mucho tráfico a esa hora de un día festivo. Sobre las diez apareció un coche patrulla de la Guardia Civil, que inició los trámites para identificar al propietario y regulaba el tráfico. El vehículo, un Toyota, no estaba denunciado como sustraído, y todo apuntaba a que su propietaria había tenido un despiste al aparcarlo.

Alarma en el incendio de un piso al hallar un arsenal de armas

La alarma cundió la tarde del viernes al sofocar un incendio en el interior de un piso en el barrio palmesano de Son Canals. El fuego se localizó en la cocina y una dotación de Bombers de Palma se desplazó con celeridad. La ingente cantidad de basura cumulada delataba que el morador podría padecer el síndrome de Diógenes, pero esto no fue lo que sobresaltó a los servicios de extinción. En el inmueble había también gran cantidad de pistolas, escopetas y su correspondiente munición. Por este motivo, los bomberos avisaron a la Policía Nacional. Cuando los agentes llegaron a la vivienda, comprobaron que el morador tenía licencia de tiro deportivo y, por tanto, estaba habilitado para estar en posesión de estas armas de fuego.

Sorprendido un motorista sin casco y con conducción temeraria

 La tarde del pasado miércoles un motorista abrió gas a fondo de su moto sin llevar el casco obligatorio en la avenida de México de Nou Llevant. Con lo que no contó el joven es que se iba a topar con un furgón de la Policía Nacional. Los agentes le interceptaron y le instaron a esperar a la Policía Local para que le sancionaran.