La búsqueda del pasado jueves del cadáver de un hombre de 75 años fallecido tras bajarse del catamarán ‘Magic’ deparó una gran sorpresa a los bomberos al llegar a Cap Enderrocat: una granada de mortero sin estallar. Los artificieros de la Guardia Civil hicieron una detonación controlada, al comprobar que su carga estaba intacta.

Los expertos en explosivos del instituto armado colocaron la granada de mortero en una oquedad del terreno, ya que su traslado era muy peligroso. A continuación se realizó una detonación controlada del artefacto.