Un hombre de 37 años falleció ayer por suicidio tras ser arrollado por el tren cuando se encontraba en las vías a unos doscientos metros de la estación de Lloseta. El servicio ferroviario permaneció interrumpido entre Inca, Lloseta y Binissalem durante casi dos horas y media. El fallecido era el hermano pequeño del alcalde de la localidad.

El incidente ocurrió sobre las siete de la mañana. El maquinista del convoy procedente de Manacor observó la presencia de un hombre sentado en una piedra en las vías, a unos 150 metros de la estación de Lloseta. El operario activó las señales acústicas, pero no pudo detener a tiempo el tren y arrolló mortalmente a la víctima.

De inmediato el maquinista comunicó lo ocurrido a Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM), que activó a los servicios de emergencia. Las asistencias sanitarias del Ib-salut no pudieron hacer nada por la vida de la víctima y certificaron su fallecimiento. Los pasajeros del convoy tuvieron que andar unos doscientos metros hasta alcanzar la estación de Lloseta.

Por su parte, investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil iniciaron las pesquisas para averiguar cómo se había producido la muerte del hombre. Tras la inspección ocular y después de tomar declaración a los testigos concluyeron que se trataba de una muerte por suicidio, después de que se adentrara voluntariamente en las vías. La víctima se encontraba sentada esperando la llegada del convoy. El óbito fue comunicado al juzgado de Inca, que ordenó el levantamiento del cadáver.

La Guardia Civil autorizó a las nueve menos cuarto que un tren recorriera el tramo afectado para que los viajeros perjudicados pudieran continuar su camino hacia Palma. La conselleria de Movilidad ha gestionado un refuerzo del servicio de autobús para que los usuarios del tren pudieran llegar a su destino. La circulación ferroviaria no quedó completamente restablecida hasta las nueve y media de la mañana, explicaron fuentes de la conselleria.

La conmoción se instaló en Lloseta tras averiguar que el fallecido era el hermano pequeño del alcalde del municipio, Chema Muñoz. De hecho, a través del 112, se activó al pisicólogo de guardia del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias (Gipec) para que atendiera a los familiares a sobrellevar la crisis generada por la trágica noticia.

Durante el pasado año, el Teléfono de la Esperanza de Balears atendió atendió 239 llamadas de temática suicida. Un incremento de 164 personas respecto a 2020 y de 199 frente a 2019.

El número del Teléfono de la Esperanza es el 971461112.

El Ministerio de Sanidad puso en marcha el pasado mes de mayo el teléfono 024 para la ayuda al suicida.