"No había ninguna botella de alcohol en el coche patrulla, que circulaba con las señales luminosas encendidas, y el conductor dio una tasa de 0,0 en el test de alcoholemia". La teniente de alcalde de Seguretat Ciutadana de Palma, Joana Maria Adrover, y la comisaria de la Policía Local, Antonia Barceló, desmintieron rotundamente ayer por la mañanaalgunas de las manifestaciones de testigos sobre el accidente provocado por un vehículo policial que en la madrugada de ayer irrumpió fuera de control en una zona peatonal del Paseo Sagrera y atropelló a tres personas, causando la muerte de una de ellas y dejando a las otras dos con heridas graves.

Las manifestaciones de las dos responsables policiales se basan en "hechos objetivos", tras el visionado de las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona y las declaraciones de diversos testigos del siniestro. A partir de ahí, y aun cuando la investigación del siniestro está en una fase inicial, se ha podido realizar una primera reconstrucción de los hechos. Según indicaron Adrover y Barceló, el coche patrulla, que iba conducido por un agente veterano acompañado por una policía en prácticas, venía de la avenida Antoni Maura y se metió por el Paseo Sagrera. Circulaba con los dispositivos luminosos encendidos cuando, en la curva para incorporarse al Paseo Marítimo, perdió el control y siguió recto. Invadió una zona peatonal y arrolló a las tres personas que caminaban juntas hasta estrellarse contra uno de los bancos de piedra de la zona.

Del visionado de las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona se desprende que "no había ninguna botella de alcohol en el vehículo", como había comentado un testigo a IB3. Se trataría, según las responsables policiales, de un termo corporativo en el que los agentes llevan agua u otras bebidas para abastecerse durante el servicio. En las imágenes se ve que el vehículo circulaba con los dispositivos luminoso encendidos.

La regidora y la comisaria insistieron en que el escenario del accidente solo se levantó cuando se concluyeron todas las pruebas que tenían que hacerse por parte de otras dotaciones policiales, que incluyeron la inspección ocular y un reportaje fotográfico. Adrover y Barceló insisten en que la investigación del siniestro está todavía en una fase embrionaria, y que las diligencias pueden tardar bastante en concluir.