Los padres de Naia Sans, la niña fallecida en el colegio La Salle por una reacción alérgica , explicaron durante el juicio que en una ocasión acudieron al comedor del centro y vieron que su hija tenía en la bandeja un yogur con proteína de la leche que no podía tomar. Tras alertar a las responsables, estas explicaron que había sido un error «que no volvería a pasar».

Ambos señalaron que habían tenido reuniones con la responsable de alérgicos para explicar la situación de la niña. «Llevamos al colegio informes médicos y nos dijeron que estaba todo controlado», dijo la madre, que aseguró que en varias ocasiones le perdieron medicamentos.

Las dos trabajadoras del comedor del colegio La Salle acusadas de la muerte se culparon ayer en el juicio mutuamente de que la menor tomara el helado que acabó con su vida en mayo de 2019.  La encargada de los alumnos alérgicos afirmó que no tenía contacto con los menores y la monitora le dio el postre sin consultarle. La aludida replicó que sí lo hizo. «Yo tenía dudas y ella me dijo dos veces que estaba segura de que Naia podía comerlo», señalo. Ambas admitieron que conocían la grave alergia a la proteína de la leche de la pequeña.

Las procesadas están acusadas de un delito de homicidio imprudente, por el que la fiscalía reclama dos años de cárcel y los padres de la víctima, que ejercen la acusación particular, piden cuatro años de prisión.