Las acusaciones contra los cuatro ciudadanos nórdicos procesados por los asesinatos a tiros a dos hombres en 2018 en Marbella y Estepona sostienen que planificaron los crímenes y los disparos fueron a órganos vitales de las víctimas, mientras que las defensas niegan la participación de sus clientes y alegan falta de pruebas. El juicio, muy esperado tanto en España como en Suecia, ha arrancado este martes en la Audiencia Provincial después de que ayer lunes se seleccionara a los miembros del jurado popular. Durante las sesiones, que se prolongarán hasta mayo, también se intentará determinar el papel de otras cuatro personas acusadas de dar cobertura a Los Suecos, como son conocidos desde que la Policía Nacional los detuviera en distintas fases. Como ya adelantara La Opinión de Málaga, del grupo Prensa Ibérica, en febrero del año pasado, la Fiscalía pide para la pareja de hermanos formada por Amir y Fakhry Mekky y Ahmad y Karim Abdul la prisión permanente revisable por dos delitos de asesinato y otros dos años para cada uno por tenencia ilícita de armas. Para los cómplices, el Ministerio Fiscal solicita 12 años de cárcel.

El primer hecho que se juzga es el asesinato de David Ávila, alias el Maradona, ejecutado en mayo de 2018 cuando se subía al coche con su familia tras la comunión de uno de sus hijos en San Pedro Alcántara. El segundo crimen tuvo lugar en agosto, cuando Ahmed Barrak, conocido como el Zocato, acababa de llegar a su casa de Estepona tras haber estado esa noche con Amir, al que los investigadores consideran líder del grupo. El fiscal Antidrogas Carlos Tejada ha explicado a los jurados que en el juicio oirán las declaraciones de acusados, testigos y peritos, "pero a las víctimas son las únicas que no podemos escuchar", indicando que las defensas apuntan a que los dos hombres asesinados supuestamente "estaban relacionados con el narcotráfico". "Pero en el peor de los casos que así fuera, eso no significa que tengan que morir", ha señalado Tejada, quien ha precisado que, en el asesinato de Ávila, el autor dio "cinco disparos certeros que acabaron con la vida de la víctima en el acto" y en el segundo disparó al hombre varias veces "a corta distancia, que lo deja fulminado, sin posibilidad de sobrevivir". También ha apuntado que desconoce la actividad laboral de los procesados.

"Un juicio complicado"

Ante los periodistas, el fiscal ha indicado que ha sido una investigación "larga", por lo que prevé un juicio "complicado en sí". Además, como es una cuestión que implica tanto a España como a Suecia, ya que los procesados tienen vinculación con la ciudad de Malmö, "ha habido comisiones rogatorias y habrá testificales por videoconferencia", ha añadido el fiscal, quien ha dicho que ya la selección del jurado "se alargó por esa complicación del caso en sí", de forma que "hubo bastante excusados y recusaciones".

Sobre un posible acuerdo con las defensas, ha comentado que "siempre hay conversaciones, no solo en este caso, es una cuestión que está en la ley", apuntando que en esos supuestos siempre hay que tener en cuenta la opinión de la víctima. No obstante, ha aclarado que "en estos momentos no se ha llegado a acuerdo". El letrado de la acusación particular, en representación de los familiares de Barrak, ha asegurado que ambos asesinatos siguen el mismo modus operandi y son realizados por "personas que saben lo que hacen, que se dedican a este tipo de crímenes, que son sicarios".

"No es un angelito, pero no es un asesino"

Las defensas han rechazado la participación de sus clientes en los asesinatos y argumentaron en sus escritos provisionales que no hay pruebas contra ellos. De hecho, uno de los abogados ha dicho que "hay datos científicos que argumentan que los hechos no ocurrieron como dicen las acusaciones". "No hay ni una prueba real", ha apuntado. Este letrado, el único que ha tenido tiempo para exponer su tesis en esta sesión, ha afirmado que su cliente "no es un angelito, pero no es un asesino". "No ha matado a nadie", ha incidido antes de considerar que "los hechos son gravísimos, pero lo peor es que sus autores no están en esta sala"; por lo que instó a que se investiguen "y no que se intenten encajar piezas que no encajan". Ha añadido que, "según la versión policial, la segunda víctima ordena la muerte del primero y como no paga, lo matan"; pero incidió en que es "una hipótesis que queda desvirtuada por la falta de prueba y por el atentado brutal a la lógica", considerando que los dos asesinatos "no están conectados". Insistió en que, según las investigaciones, una de las víctimas se dedicaba al tráfico de cocaína y otra, al de hachís; "dos mundos que parecen uno, pero que son distintos"; y ha señalado que en todo el procedimiento "no hay ni una prueba completa porque se trataba de sostener esta hipótesis".