La obsesión con una excompañera de trabajo de un mozo de almacén, que apenas había estado trabajando como refuerzo ese verano en una empresa de hielo de Alaquàs, a punto estuvo de acabar en tragedia en diciembre de 2021 cuando armado con un cuchillo, tipo machete, el joven se presentó en su antiguo empleo e intentó matar de tres cuchilladas a un trabajador y persiguió por las oficinas a la víctima de su enfermiza obsesión. El acusado de dos tentativas de homicidio reconoció este lunes ante el tribunal que actuó al sentirse rechazado. "Me enamoré de ella, y al saber que no iba a ser mía me veía perdido en la vida".  

Aunque este caso no figura en las estadísticas de violencia machista, ya que en ningún momento llegaron a tener una relación sentimental análoga al matrimonio, el reconocimiento de los motivos que le llevaron a actuar de forma tan violenta refleja esa sensación de posesión del hombre sobre la mujer y negativa al rechazo (o ruptura) común en crímenes machistas.

El procesado confesó ser el autor de las cuchilladas a su excompañero, que se encontraba en la puerta de entrada a la nave cuando fue atacado a traición con una primera puñalada en el cuello, pero alegó en su defensa que no pretendía matar a nadie, salvo a sí mismo. "Estoy arrepentido hasta el día que me muera".

Según la versión que mantuvo ante la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de València, el 27 de diciembre de 2021 acudió armado al almacén de Alaquàs donde había trabajado ese verano con la intención de quitarse la vida delante de su excompañera, porque "me había obsesionado con la chavala". "Como no me he suicidado nunca, porque sigo vivo –matizó el acusado– no sabía cómo hacerlo".

La acusación solicita 18 años de prisión por dos tentativas de homicidio y la fiscal nueve al apreciar solo una y amenazas

No obstante, tanto la Fiscalía como la acusación particular aprecian un dolo homicida. El Ministerio Fiscal solicita nueve años de prisión –siete por un delito de homicidio en grado de tentativa y dos años por amenazas–, mientras que la petición de la acusación particular asciende a los 18 años de cárcel por dos tentativas de homicidio, tanto la del trabajador que sufrió tres cuchilladas (en cuello, abdomen y pierna) como de la empleada que era acosada y a la que persiguió cuchillo en mano entre las mesas de la oficina.

Dos meses antes esta trabajadora ya lo había denunciado por un delito de acoso y amenazas tras un episodio en el que tuvo que encerrarse dentro del coche y éste la amenazó con quemar el vehículo y pincharle las ruedas. "Estaba obsesionado conmigo, al ver su mirada ese día supe que venía a matarme", confiesa la víctima, quien relató esta situación de acoso, cuando el acusado ya había dejado de trabajar en la empresa y seguía yendo allí, la esperaba a la salida y la buscaba "por toda València". Su compañero herido, arrastrando la pierna, logró entrar al almacén y gritó para tratar de alertarla del peligro que corría.