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Cerco al asesino de Tatiana: un hallazgo y un perfil que cobra fuerza

Las primeras hipótesis de la investigación apuntan a una persona con antecedentes por violencia sobre las mujeres

Dos policías caminan por el portal del edificio donde vivía Tatiana Coinac, en Teatinos. L. B.

A pesar de las muchas incógnitas que todavía rodean las circunstancias del asesinato de Tatiana Coinac en su piso de la calle Amsterdam, en el barrio ovetense de Teatinos, la investigación empieza a vislumbrar algo de luz en medio de un crimen brutal que en los primeros días había ido dejando pistas y circunstancias algo cambiantes. Las nuevas certezas tienen forma de muestras valiosas de ADN que ya se están analizando en el laboratorio.

Estos rastros serían recientes y habrían sido obtenidos en zonas sensibles de la escena del crimen, del propio cuerpo o de los lugares en que estuvo el cadáver. Tal y como reveló ayer este periódico, el análisis forense ha determinado que la muerte de Tatiana Coinac se produjo entre el jueves y el viernes de la semana pasada, entre dos y tres días antes de que se localizara su cuerpo, el domingo por la mañana. También se sabe que la persona que acabó con la vida de esta mujer moldava de 44 años, afincada en su piso de la calle Amsterdam de Oviedo desde hacía unos quince años, lo hizo en una habitación distinta al lugar en que se encontró el cadáver. La secuencia en la que se trabaja en estos momentos apunta a que el asesino la mató en la habitación, tras haberla atado a la cama, y que después la trasladó al cuarto de baño.

Coinac estaba en la bañera cuando la Policía se la encontró. Después se supo que la persona que acabó con su vida se tomó la molestia de lavar el cuerpo a conciencia, para limpiar su rastro o para simular una escena distinta a la de un asesinato.

Este hecho, lo que se denomina en la jerga de la tipología criminal «conciencia forense», unido al carácter extremadamente violento del asesinato, con ensañamiento, es lo que refuerza la hipótesis de que el autor del crimen pudiera haber actuado en otras ocasiones, en otros escenarios, y habría dejado otras muestras de ADN. De hecho, se piensa en una persona con atecedentes por casos de violencia contra las mujeres.

El hallazgo de una huella biológica del asesino es de vital importancia en estos casos. Los investigadores desplazados a Oviedo de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta, la UDEV Central, la élite de la investigación de la Policía Nacional, introduce en estos casos el perfil genético en la base CODIS, un registro de perfiles de ADN de autores de hechos delictivos graves, tanto anónimos como fichados y condenados, para buscar coincidencias. Con este mismo método, la UDEV ya ha resuelto varios casos como el de sendos crímenes sin resolver en Elche y Orihuela, en 2020, que habían sido obra de un asesino en serie a su paso por España. El rastro genético y las coincidencias en el CODIS permitieron localizarlo en Moscú, donde cumplía condena por hechos similares.

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