Miguel, David y Julián tienen dos cosas en común. La primera es que los tres cumplen condena en la prisión de Palma por robos que cometieron para sufragar sus adicciones a las drogas. La segunda es que no quieren volver a pisar la cárcel cuando salgan en libertad. Se trata de tres internos de la Unidad Terapéutica Educativa (UTE), el módulo que alberga a los presos que siguen programas de desintoxicación, y que para reforzar su voluntad de cambio recurre a actividades como las salidas programadas a la montaña y el visionado de documentales motivadores.
Y aquí han confluido dos profesionales especialmente implicados en estos procesos. Por un lado Jordi, monitor de la prisión y guía de montaña, que desde hace cuatro años organiza excursiones por la Serra de Tramuntana con pequeños grupos de internos que cumplen una serie de requisitos, como haber cumplido una buena parte de su condena, mostrar buen comportamiento y seguir el proceso de desintoxicación. El otro protagonista es Chema Moreno, que tiene una productora audiovisual en Canarias que distribuye los documentales del European Outdoor Film Tour, un festival especializado en documentales sobre deportes y superación personal, y que ha exhibido en buena parte de las prisiones de España.
El contacto entre Jordi y Chema permitió que ayer se exhibieran en el salón de actos de la prisión de Palma ante un centenar de internos varios de estos documentales. Uno de ellos recoge la gesta de Timothy Olson, norteamericano que estuvo en prisión y era adicto al alcohol y las drogas, y que superó sus dependencias con el deporte hasta convertirse en uno de los mejores corredores de ultratrails del mundo, y que recorrió la Pacific Crest Trail, 4.500 kilómetros entre las fronteras de México y Canadá, en apenas 50 días, a razón de unos dos maratones diarios.
Y volvemos a Miguel, David y Julián, a los que se ha unido Aina, que había permanecido aparte porque no quiere salir en la foto. Están a punto de asistir a la proyección y comentan lo que supone para ellos las salidas a la Serra que organiza Jordi. «Para nosotros es una bocanada de oxígeno brutal», comenta David. «Los días en la prisión son todos iguales, está todo regulado y es muy rutinario. En cambio, poder salir a la naturaleza durante unas horas es una fiesta».
Jordi, trabajador de la prisión y guía de montaña, empezó a organizar estas salidas a la montaña hace cuatro años. «Hacemos rutas muy sencillas, como el Camí des Correu», comenta. «Vamos en transporte público, damos un paseo, comemos el bocadillo y volvemos».
Esta actividad está directamente relacionada con los programas de desintoxicación a las drogas que siguen los internos de la UTE. «Para dejar las drogas necesitas lo primero un compromiso contigo mismo. Si no lo tienes, no te servirá de nada, volverás a caer. Y aquí en prisión, tienes que enfrentarte a tu soledad y a tus miedos. Es duro, pero cuando lo consigues es reconfortante».
Los cuatro tienen planes para cuando queden en libertad. Aina está decidida a dedicarse a la cocina. Ha hecho un cursillo y ahora trabaja en la cocina de la cárcel, y espera acogerse a un programa de reinserción para conseguir un empleo. Los tres hombres han hecho también diferentes cursillos y esperan conseguir trabajos en jardinería o la construcción. Y volver a salir a la montaña.
