Caso Abierto - Diario de Mallorca

Caso Abierto - Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Agresiones grupales

La madre de una niña agredida en Zamora: "¿Qué sociedad dejamos?, miraban sin ayudar"

Los padres de la menor aseguran que "lo ha gestionado bien" pero piden una reflexión "sobre qué estamos haciendo mal con los niños"

Varios niños pintan un mural contra el bulling en San José Obrero. EMILIO FRAILE

¿Qué tipo de sociedad estamos construyendo? Esa es la pregunta que asalta a la madre de una de las niñas víctima de las pandillas de menores de 13 años que hacían quedadas en Zamora para agredir o humillar a otras, compañeras de clase o, simplemente, conocidas de vista “porque es amiga de otra”. ¿Había alguna enemistad, algún conflicto?: su hija “la había visto un par de veces y ni cruzaron palabra. No van ni al mismo cole ni nada. Simplemente, por haberte visto una vez, vas por la calle y te toca a ti”.

Su hija, que es "una niña querida, con mucha capacidad para socializar, con muchos amigos", pero se vio acorralada, intimidada y sometida por esa menor de edad ante un amplio grupo de niños y niñas que acudieron a ver cómo la agredían. “Te preguntas qué clase de sociedad estamos dejando, ¿es más importante que te den un like, un me gusta, en la red social que ayudar a una persona?”.

En el cortísimo vídeo, que circula aún en grupos de WhatsApp, se puede ver la encerrona en una calle estrecha, con muchos coches aparcados, bajo la expectación de un buen número de niños y niñas que presencian el episodio, jalean a la agresora, la corean e, incluso, la animan a ejercer violencia: “¡Dale un tortazo!”.

“Como madre me duele que nadie saque la cara por mi hija, ni los amigos y amigas que estaban allí”, lamenta la mujer no solo por la soledad en la que dejan a su niña, sino por lo que implica esa pasividad. Se podría decir que quien calla, otorga. Pero es que, por si fuera poco, los adultos que vieron lo que sucedía no intervinieron para cortar de raíz la situación. “Me consta que una persona llamó a la policía”, declara esta zamorana, que agradece “la madurez de la niña, mucha para su edad, lo está gestionando bien, mejor que los mayores” que la rodean.

"Todos somos culpables"

Ante estos ataques grupales de menores de edad o de adolescentes, esta madre insta a una reflexión, a abrir un debate social, que estos sucesos sirvan, no para señalar a niñas o niños, sino para tomar conciencia de que "todos somos culpables por consentir, a tomar conciencia de que este problema nos afecta a todos. Había menores que se quedaron para ver la escena o para participar, a veces, nos olvidamos de la responsabilidad que tenemos como ciudadanos".

Al hilo de esa reflexión, esta zamorana no duda en destacar que, "sin querer comparar ninguna situación, pero lo mismo que denunciamos los casos de violencia de género también hay que hacerlo con este tipo de conductas que se dejan de lado. Y que, cuando se vean en redes sociales, en Facebook o en Instagram, se ponga en conocimiento de la policía para que actúe".

Sin prejuzgar

Desde ese tono conciliador, la zamorana pide que no se etiqueta a las niñas que protagonizan estas agresiones y humillaciones, "que no se diga que sus padres no saben educar o que son gitanos o extranjeros, porque también había niños y niñas de Zamora viendo lo que hacían a mi hija". Que no se señale a sus padres y sus madres, "que intentan darles la mejor educación y valores, pero se han encontrado con este problema. Los padres de esta niña que buscó a mi hija seguro que también lo intentan, pero se encuentran con esto".

Por supuesto, hace especial hincapié en que "me hubiera gustado que algún ciudadano, algún adulto, se hubiera intervenido" para evitar el mal trago que pasó su hija porque también vieron lo que estaba ocurriendo con la niña.

"Agradecemos el apoyo del colegio y de los compañeros, la han arropado"

Quienes sí han temido que la horrible experiencia perjudicara a su hija son los padres, pero la vida de la niña y su carácter no han visto resentidos, no ha sufrido alteraciones, sale a la calle con sus amigos y amigas sin miedo, el rendimiento escolar continúa siendo el mismo. La madre quiere hacer mención expresa a "lo bien que se han portado con ella desde el centro escolar, sus compañeros y compañeras de clase. Su padre y yo temíamos que tuviera problemas para socializar, teníamos miedo a que la apartaran el resto de escolares, pero ha sido todo lo contrario, está muy apoyada desde el centro", tanto por el profesorado como por el alumnado.

La zamorana lanza un mensaje también a los niños y a las niñas para pedirles que si saben que van a ocurrir este tipo de conductas, "el hecho no ponerlas en conocimiento de adultos o profesores, te hace cómplice porque no lo cuentas". En definitiva, "el que no sueltes la mano para pagar, no quiere decir que no seas cómplice".

La familia de la menor presentó de inmediato la denuncia por el episodio, la niña se lo contó a su padre y a su madre el mismo viernes que ocurrió y el sábado acudieron a la Comisaría de Zamora para que la Policía Nacional investigara. Denunciaron la agresión y la difusión de las imágenes, en manos ya de la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM). También tuvieron que rellenar un formulario para que se rastreasen los vídeos y se localicen las páginas de Internet en las que se difunden para cerrarlas e impedir que sigan circulando. Las cuentas de Instragram se cerraron.

Un día, a una hora y en un lugar concreto: "Había niños que sabían que iba a ocurrir"

Esta madre zamorana, que conoce cómo se actúa desde la Administración cuando surgen conflictos entre menores, se muestra espantada porque esta clase de agresiones y de vejaciones "se planifican" con frialdad. En las redes sociales, en este caso en las "stories" de Instagram que a las 24 horas desaparecen, se indica "qué día, a qué hora y en qué lugar se queda" para ejecutar el plan. "Había niños que sabían que iban a por mi hija", pero nadie la avisó.

Varias menores de 13 años del grupo implicado se encargan de grabar vídeos con sus teléfonos móviles este tipo de acciones desde distintos ángulos, algunos de los vídeos son "muy violentos", según admitía la concejala de IU de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Zamora, Concha Rosales. "Si el incidente se produce de forma espontánea, si hay una disputa entre las niñas, porque la niña sea temperamental sea temperamental..., podría tener alguna explicación, ¡pero es que lo planifican!", declara esta mujer.

Como colofón, "acabas en redes sociales, que lo magnifican todo, a causa de un incidente ajeno a tu voluntad, que ha ocurrido a pesar de ti. Y son capaces de esperar una semana para colgarlo en la página de Instagram", añade, sorprendida del manejo que tienen de las redes sociales a pesar de su corta edad, usan Instagram porque saben que desaparece la grabación y que no deja rastro.

La familia lo ha pasado mal, la publicación en LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, del grupo Prensa Ibérica, de la primera noticia publicada en la edición del 16 de febrero sobre estos casos en Zamora, uno de ellos el de su hija, "volvió a remover todo. Lo hemos pasado muy mal, te sientes impotente porque no puedes proteger a tu hija, no podíamos sospechar que pudiera pasarle algo así, que porque hayas visto a alguien una vez, te toque pasar por esto".

Compartir el artículo

stats