La instrucción judicial del caso Olivia, la niña de seis años asesinada presuntamente por su madre, Noemí Martínez Largo, el pasado 30 de octubre en un piso de la avenida de Gaspar García Laviana, en El Llano, sumó este lunes un nuevo capítulo con la declaración de la médico de Urgencias del Hospital de Jove que atendió a la investigada y los dos agentes de la Policía Nacional que escoltaron a la ambulancia aquella madrugada. En todos los casos, y como ya figuraba en el atestado policial, coincidieron en revelar que la procesada, actualmente en prisión preventiva, declaró de forma espontánea que había dado pastillas a su hija, disueltas en colacao, porque no quería que la niña estuviera "con un maltratador". "Si vinculamos la sentencia que alteraba la guardia y custodia a favor del padre, pues solo podemos concluir que, con esas pastillas quería acabar con la vida de su hija, pues era la única forma de impedir que viviera con su padre como así había decidido el tribunal", apuntó el abogado de la acusación particular, Ignacio Blanco, acompañado por el también letrado de la familia Daniel Labrador, este lunes, a su salida del Palacio de Justicia.
Las declaraciones tuvieron lugar ante la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Gijón, Carolina Montero, que desde el hallazgo del cadáver de la niña la noche de autos estuvo al frente de las diligencias. Para este lunes, estaban citados la doctora y también los dos agentes que escoltaron la UVI móvil, uno de ellos dentro del vehículo y otro en el coche policial. Ambos estuvieron custodiando a la mujer durante las primeras atenciones médicas que recibió en Jove. En versión de los abogados de la acusación, que ejerce el padre de la menor, Eugenio García, la investigada se mostró "consciente" durante su paso por el Hospital. "Tenemos claro que era consciente y que lo hizo para que la niña no estuviera con su padre. Y lo que sale de las comparecencias es que ella nunca se autosuministró una dosis que pudiera poner en riesgo su vida, ni siquiera le hicieron un lavado de estómago en el Hospital. De hecho, apenas quedó ingresada y se le dio el alta a las pocas horas", pronunció Ignacio Blanco, que puso en valor, igual que Daniel Labrador, que en el Juzgado "están haciendo un trabajo muy diligente, rápido y solo podemos decir cosas positivas". Otras fuentes vinculadas al caso sostienen que la consciencia de la madre durante su paso por Jove "oscilaba" entre momentos de atención y de silencio.
A la salida de las declaraciones, además, incidieron este lunes los letrados en que la dosis de medicamentos que Noemí Martínez Largo suministró a su hija "fue letal". "El margen tóxico del Lozarepam, según el forense en base al análisis clínico que se hizo a la niña, está entre 0,3 y 0,5 miligramos por litro para los adultos, y la niña tenía 0,7 miligramos en sangre. Fue una dosis más que suficiente para acabar con la vida de una menor. Forense fija la causa de la muerte por esa dosis de Lozarepam", aseguró Ignacio Blanco.
Para la próxima semana se han señalado nuevas declaraciones de agentes de la Policía Nacional vinculadas a la investigación de este caso que conmocionó a toda la región. Además, explicaron los abogados de la acusación, se sigue a la espera de recibir la autopsia definitiva y también la exploración de los dispositivos móviles en los momentos previos al crimen. «Se está haciendo un trabajo ágil y los esperamos para dentro de poco», reconocieron los letrados, que ya avanzaron en su momento que pedirán la prisión permanente revisable para Noemí Martínez Largo por el asesinato de la pequeña Olivia.
Por su parte, la investigada continúa privada de libertad en el Centro Penitenciario de Asturias, arropada por una presa de confianza y con el protocolo de prevención de suicidio activado. Según las fuentes consultadas por este diario, Martínez Largo hace una vida normal en la prisión. Desde que fue detenida, con la excepción de lo manifestado de forma espontánea ante los sanitarios, en todo momento se ha acogido a su derecho a no declarar por los graves hechos que se le imputan. Hasta el momento no se ha dictaminado que sea sometida a un examen forense para conocer su estado mental –para confirmar que la mujer es perfectamente imputable– ni ninguna otra prueba relacionada con ella. La práctica de esas nuevas diligencias parece que comenzarán una vez concluyan las pruebas testificales en instrucción y en cuanto se reciba la autopsia definitiva.
