Los Mossos d'Esquadra han irrumpido esta madrugada en la discoteca Waka. La policía catalana lleva a cabo semanalmente dispositivos de control en los aledaños del establecimiento de ocio nocturno. Esta pasada madrugada, sin embargo, los agentes han accedido al interior del local y han identificado a los cerca de mil jóvenes que bailaban en su interior. Esta discoteca, que ha sido escenario de agresiones sexuales o episodios tildados de racistas entre el personal de seguridad y algunos clientes, está siendo investigada actualmente por los Mossos para aclarar su grado de responsabilidad en el episodio de la difusión del vídeo de la menor a finales de 2022.

Grabación con móviles

Una menor de 16 años que practicó una felación en la pista a un joven mayor de edad fue grabada por teléfonos móviles de algunos asistentes y dichas imágenes terminaron siendo compartidas masivamente. La familia denunció días después que se trató de una agresión sexual dado que la menor se encontraba con las facultades afectadas por alguna substancia estupefaciente y la policía catalana prometió, a través del 'conseller' de Interior, Joan Ignasi Elena, que aclararía si se trató o no de una agresión –el caso está judicializado– y perseguiría a quienes grabaron y compartieron el vídeo –cometiendo un delito que atenta contra la indemnidad sexual de la chica y que puede llegar a ser considerado de distribución de pornografía infantil al tratarse de una escena sexual protagonizada por una menor de edad–.

Identificados 900 jóvenes

En la irrupción de esta madrugada, que los Mossos aún no han aclarado si se ha producido en el marco de esta investigación, los agentes han identificado a los 906 jóvenes que bailaban en el interior del local. Diez de los asistentes, además, han sido denunciados por tenencia de droga. Uno de los clientes también ha terminado denunciado por faltas de respeto contra los policías.

La discoteca Waka, un recinto al cual acude habitualmente un público de entre 16 y 18 años, está ubicado junto a la antigua Zona Hermètica de Sabadell pero pertenece al municipio de Sant Quirze del Vallès, cuyo Ayuntamiento ruega desde hace años la implicación de la Generalitat para proceder a su cierre.

Los dispositivos que habitualmente se llevan a cabo en el exterior de Waka combinan agentes de los Mossos y de las policías locales de los municipios de Sant Quirze y Sabadell. Son controles preventivos contra las agresiones sexuales, asegurando el recorrido que las menores siguen hasta las estaciones de transporte público, y contra los hurtos y robos con violencias que a menudo se suceden durante la noche a la salida de la discoteca. La policía catalana también ha tenido que armar cordones de seguridad para proteger a los trabajadores de Waka en alguna ocasión cuando, tras divulgarse imágenes en el que estos usaban la violencia contra algunos clientes, centenares de jóvenes han acudido convocados a través de las redes sociales a vengarse lanzando objetos contundentes contra el establecimiento.

El de esta pasada madrugada, a diferencia de los operativos anteriores, ha supuesto una irrupción de la policía catalana en la pista de baile, detener la música. El operativo, además, ha estado supervisado por el comisario jefe, Eduard Sallent.