La Fiscalía reclama penas que suman 20 años de cárcel para un hombre y su madre, de nacionalidad rumana, por convertir a dos jóvenes compatriotas en esclavas sexuales y forzarlas a prostituirse durante años en Mallorca bajo amenazas y agresiones. A una de las víctimas acabaron vendiéndola en Alemania a un clan mafioso albanés que continuó explotándola. Los dos encausados rechazaron ayer alcanzar un acuerdo de conformidad y la Audiencia Provincial de Palma señaló el juicio para febrero de 2024.

El hombre, de 37 años, captó en 2008 a una compatriota que había llegado a Palma con falsas promesas de trabajo. Según la Fiscalía, el acusado la engatusó hasta hacerla totalmente dependiente de él. Le quitó el pasaporte y a base de golpes y humillaciones la forzó a prostituirse en un local y a entregarle todo el dinero que trabaja. Esta situación se prolongó hasta 2013, cuando el acusado la llevó a Alemania para entregarla a una banda mafiosa albanesa que siguió explotándola sexualmente, según informó en su día la Policía Nacional. La chica consiguió escapar dos años después y regresó a España, donde fue atendida por una ONG y recibió asistencia psiquiátrica. La mujer, que tiene la condición de testigo protegido en el proceso judicial, padece importantes secuelas por la explotación sufrida.

La Fiscalía sostiene que el hombre captó en enero de 2015 a otra joven en Rumanía, a la que convenció para que se mudara a Mallorca para conseguir una vida mejor. La víctima viajó desde su país a Palma acompañada de la madre del acusado y se instaló en el domicilio donde ambos residían. Una vez en la isla, el hombre le dijo que debía prostituirse para saldar una deuda con él. Le hizo fotos «con ropa sugerente», relata la Fiscalía, y amenazó a la chica con enviárselas a su exmarido, con quien mantenía un pleito por la custodia de su hija. La joven fue explotada sexualmente en locales de s’Arenal de Llucmajor y Magaluf y entregaba todas las ganancias al acusado.

En noviembre de 2015, la víctima logró huir a Lanzarote gracias a la ayuda de otra persona. El hombre siguió extorsionándola para que le enviara dinero y acabó viajando a Canarias para obligarla también allí a prostituirse. En abril de 2016 la mujer denunció ante la Policía Nacional, que detuvo a los dos acusados en Palma tres meses después.

La Fiscalía imputa al hombre dos delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual y otros dos de prostitución coactiva, por los que reclama 14 años de cárcel para él y que indemnice con 30.000 euros a una de las víctimas. Para la madre, acusada de un solo delito, solicita seis años de prisión.