"Adri, quiero dar una vuelta". Martin, sentado en el sofá, interrumpió la conversación con su hermano: "quiero despejarme, necesito salir", insistió. "Pero... ¿vienes para comer, no?", contestó Adrian. En el reloj marcaban casi las 13:00 horas del pasado 12 de noviembre. "Sí, sí. No te preocupes, es dar una vuelta, prometido, vuelvo antes de comer". Martin no regresó.

Se activaron las alertas; le siguieron batidas, carteles con su foto y llamamientos en redes sociales: 'Se busca a Martin Fyrla, un joven de 23 años desaparecido en Santander". Nadie sabe dónde está.

Amante de la música, Martin "estaba muy conectado a la naturaleza". Fotos cedidas por la familia

Hacía un rato que había salido. En casa pusieron la mesa. Martin no llegó. "Necesitará estar más tiempo solo", pensó Adrian. Ajenos a todo, paralelamente, un hombre que hacía una ruta con sus hijas por la zona costera de Cueto (Santander) alertó al 112: había alguien nadando en una zona peligrosa. De repente, el senderista, lo dejó de ver. Un helicóptero de emergencias sobrevoló el lugar.

"Estoy un poco agobiado, necesito caminar", la frase resuena en Adrian Fyrla, hermano de Martin (y afamado DJ y productor musical). "Los días previos estaba un poco apagado, confuso...", cuenta a CASO ABIERTO, portal de sucesos e investigación de Prensa Ibérica, "pero estaba en pie. Caminaba, hacía yoga... ahora no está".

Alerta por la desaparición de Martin Fyrla; de fondo, una imagen del joven cedida por su familia.

"Lo he dejado de ver"

El senderista colgó el teléfono y esperó en el lugar. Los servicios de emergencia llegaron a la zona indicada, Cueto (Santander), unos acantilados próximos al lugar donde se celebra el campeonato de surf de la 'Vaca Gigante'. "Estaba nadando tranquilamente", describiría el hombre, que afirma que intentó que saliera del agua. Las condiciones del mar no eran buenas. Había un fuerte oleaje. "No sé si no me hizo caso o no me oyó", explicó el testigo. No había rastro del bañista, tampoco alerta o denuncia. El helicóptero se marchó.

El teléfono en 'modo avión'

La tarde avanzó, mientras tanto, en casa de Martin. "Estará con un amigo o dando una vuelta", recuerda Adrian que pensaron en casa, "últimamente no estaba bien".

Hace aproximadamente un mes y medio falleció su madre. "Martin le ayudaba mucho y estaba muy unido a ella". Su marcha le desestabilizó un poco, "había pensado irse a la India, pero no daba el paso. Él está muy conectado a la naturaleza. No le gusta el capitalismo, no le gusta todo lo que no es humano... 'a día de hoy todo es muy robótico'", recuerda su hermano que solía decir.

Intentaron llamarlo por teléfono, no consiguieron contactar con él. Nada más cruzar la puerta, Martin había puesto el móvil en 'modo avión'. Muchas veces lo hacía "para poder estar con él, para que no le molesten". No sorprendió.

Llegó la noche, y el joven no llegó a casa; "fuimos a buscarle", recuerda Adrian, "pero mantuvimos la calma. Seguro que luego volvería como si nada, como solía hacer". En casa pactaron un tiempo de margen, un día: "al ver que hacía muy mal tiempo y que no se había llevado nada, el domingo fuimos a denunciar".

"Ahora mismo la policía está buscando a un bañista y Martin, a dos personas desaparecidas, hasta que no se demuestre que ese bañista era él"

En comisaría, el agente de policía recogió toda la información: "Mi hermano salió de casa ayer, antes de comer. No ha regresado y no sabemos dónde puede estar. Tiene 23 años, mide 1'80 cm, es de complexión delgada y tiene pelo largo y perilla. En el momento de la desaparición llevaba un pantalón rojo, una sudadera gris oscura y unas zapatillas azules y amarillas". Regresaron a casa, intranquilos. Esa misma tarde, una patrulla de la Policía Nacional llamó al timbre de su casa: Martin podía haber estado en el mar.

"Hay un bañista desaparecido, nos dijeron. Ahora mismo la policía está buscando a un bañista y a su hermano. Son dos personas hasta que no se demuestre lo contrario", revive Adrian, "pero... también dijeron que, probablemente, el bañista fuera mi hermano porque no había más denuncias". Arrancaron las batidas, intermitentes, pues estuvieron marcadas por un fuerte temporal.

Su sudadera y sus zapatillas

Uno de los puntos a batir se centraba en la zona de Cueto, a media hora de casa, donde el testigo afirmó ver a un joven nadar. Un par de días más tarde, voluntarios -llegados de diferentes puntos del mapa, amigos y seguidores de Adrian- hallaron una sudadera y unas zapatillas. "Eran de él", confirma su hermano. Estaban en una zona rocosa, de difícil acceso. "Confirmamos con ello que mi hermano estaba ahí bañándose", lamenta Adrian. "Las zapatillas estaban desatadas, o sea que se quitó la ropa, la dejo en alguna roca y se fue a bañar". El teléfono móvil no apareció.

La policía, ante el hallazgo, unificó las dos desapariciones: "lo que barajan, al 99%, es que Martin estaba nadando, no vio el peligro y ya se le hizo tarde para salir...", reconstruye su hermano, "pero también afirman que han visto casos más raros, personas que han aparecido después de 8 o 9 años, el último caso en Canarias, hace poco, me dijo uno de los policías que llevan el caso".

Adrián y Martin, en una foto del álbum familiar; de fondo, batida en la zona en la que desapareció el joven. Cedida por la familia

Las batidas por tierra finalizaron. "Lo que sí estaba previsto, pero no se ha retomado aún, es la búsqueda por mar", lamenta Adrian, que junto a su familia -su padre, su hermana- espera la llegada del barco, drones y buzos -prometidos- que puedan encontrar, de estar en el agua, a Martin.

"Yo también pienso que a mi hermano se lo ha podido tragar el mar al 99% de posibilidades, pero contemplo ese otro 1%... en la opción de que aquel bañista no fuera él", cuenta. "En cualquier caso, hasta que no veamos lo que hay que ver, ya sea dentro o fuera del mar, lo que ocurrió solo lo sabe mi hermano Martin".

Aunque fue una de las hipótesis centrales, la familia del joven no contempla el suicidio como opción. "Sería extraño. En caso de ser mi hermano, el testigo le ve durante unos veinte minutos. Si algo sabemos es que estaba nadando tranquilamente. Ni se tiró por un acantilado ni nada. Intentaron avisarle, pero mi hermano, si era él, no lo oyó o no le hizo caso. Nadaba tranquilo, estaba bien". 

Adrian y Martin, juntos en Marbella celebrando el cumpleaños del primero. Cedida por la familia

Motivos para creer

Un 1% no es una cifra alta, es, tan solo, una posibilidad entre cien. Pero en el caso de Martin Fyrla es factible, viable. "Aunque todas las cartas apunten al mar, porque apuntan, quizá solo hay una, pero es una probabilidad real de que mi hermano no esté en el agua", dibuja Adrian.

Extremadamente inteligente, "diferente, único y especial", son muchas las veces que se ausentó antes. "Irse, perderse, y volver como si nada: 'Hola, ¿qué tal familia?'", revive, casi sonriendo hoy, Adrian. "Y nosotros recibirle con un: '¿pero dónde estabas?, ¿pero con qué dinero?".

La última vez ocurrió en Asturias, unas semanas antes de desaparecer. "Se fue cinco días sin decir nada, sin ropa, sin comida, y luego volvió. Martin es capaz de todo. Puede hasta haber llegado a la India. De hecho, antes de encontrar la sudadera, sus zapatillas... sus amigos pensaban de verdad que había sido capaz", cuenta Adrian.

"Una vez se fue de Santander a Málaga, con lo puesto y sin dinero. Llegó haciendo autostop y pidiendo comida en restaurantes, pero llegó"

Aventurero y autosuficiente, "otra vez fue de Santander a Málaga con lo puesto y sin dinero. Se fue haciendo autostop. Iba a los restaurantes diciendo que si le podían dar algo de comer… y llegó a Málaga". 

Amante de la música, de la guitarra, "es muy artístico, toca y canta muy bien". Apasionado del flamenco y de la música antigua, pura, la de antes: Los Beatles, los Rolling Stones, hacía yoga dos veces por semana, tenía un huerto en su jardín, y le apasionaba leer. "No lo sabía, pero era clave en la vida de todos, sin darse cuenta, ayudaba a todo el mundo". Buscan sin cese y lo esperan, "vivo o no; en el mar o fuera...", necesitan saber qué ocurrió esa fatídica mañana en la que salió para no volver.