La madre de Malén Ortiz volvió a exigir ayer la intervención de la élite de la Guardia Civil en la búsqueda de su hija. En una concentración por el noveno aniversario de la desaparición de la menor en Calvià, Natalia Rodríguez insistió en que «se pudo hacer más» para localizar a Malén y reclamó más medios humanos y técnicos para que el caso sea «una prioridad». Medio centenar de personas arroparon a la madre y la abuela de la adolescente en el acto, celebrado en Santa Ponça, con una consigna clara en los carteles: «Prohibido olvidar».

Rodríguez explicó que el pasado viernes mantuvo una reunión con el coronel de la Guardia Civil en Balears, Alejandro Hernández Mosquera, para obtener el «compromiso» de que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil volvería a participar en las pesquisas. Este grupo resolvió casos similares como el de Diana Quer o Gabriel Cruz. «El coronel me dio su palabra de que se reunirá con el coronel de la UCO» para «resolver lo que pasó aquel maldito 2 de diciembre de 2013», explicó la madre de Malén.

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Nueve años sin Malén: medio centenar de personas arropan a su madre Guillem Bosch

La mujer afirmó que «se podría haber llegado a otro desenlace» si se hubieran dedicado más medios a la búsqueda. Insistió en reclamar que el caso de Malén sea «una prioridad» y elogicó a los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Balears que siguen realizando gestiones para esclarecer lo ocurrido. También agradeció el apoyo del Ayuntamiento de Calvià, cuyo alcalde, Alfonso Rodríguez, estuvo presente en el acto junto a varios regidores.

Además, la madre de Malén reclamó «verdad y justicia» para su hija, quien «tiene derecho a ser encontrada». «Vivo con el tormento de la incertidumbre, en un pulso constante entre la esperanza y la desesperación de no saber», explicó. También la abuela de la adolescente reclamómás medios para encontrar a su nieta. «Malén no es solo una foto, es una niña de carne y hueso», sentenció.

Malén Ortiz desapareció el 2 de diciembre de 2013. La adolescente, de 15 años, se apeó del autobús escolar en Magaluf y llamó a su novio para ir a comer a su casa, en Son Ferrer. Su rastro se perdió durante ese trayecto, en las inmediaciones de sa Porrasa. Pese a la intensa búsqueda de la Guardia Civil y las innumerables gestiones llevadas a cabo, durante estos nueve años no se han encontrado pistas sólidas para esclarecer lo ocurrido.