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Crimen machista en Valencia de Alcántara

La mujer asesinada por su marido en Cáceres contó a sus padres que la maltrataba pero les ocultó su reconciliación

No les dijo que había quitado la denuncia hasta meses más tarde | "Confiamos en que había cambiado", afirman | Su padre guarda en el móvil audios del sufrimiento de su hija, que entregará a la jueza cuando venga a España

Domicilio de Imane, asesinada por su marido en Valencia de Alcántara la noche de Halloween. EFE

Eran primos hermanos pero los padres de Imane Saadaoui, asesinada por su pareja en Valencia de Alcántara la noche de Halloween, apenas conocían a su marido, Badr Saadaoui, porque se marchó de Marruecos con 12 años y pocas veces le habían visto. Ha vivido siempre en España. La pareja comenzó a tener contacto a través del teléfono móvil y de las redes sociales, hasta que él decidió pedirle matrimonio. Viajó desde Madrid, donde residía entonces, hasta Casablanca, donde vivía Imane Saadaoui y su familia, para pedir su mano a sus padres. Ellos nunca imaginaron que estaban dejando a su hija en manos de su verdugo.

Así lo cuentan los progenitores a este diario en una conversación por videollamada, traducidos por una de las mejores amigas de Imane en Valencia de Alcántara, porque no hablan castellano. "Cuando vino a pedirle matrimonio todo era normal, si llegamos a ver algo raro o a saber que esto iba a pasar no la hubiéramos dejado casarse, todos queremos lo mejor para nuestros hijos", reconoce el padre de Imane, Mostafa Saadaoui. Ella, de 30 años y ahora fallecida, era la mayor de sus descendientes. El matrimonio tiene otros cuatro hijos, dos de ellos menores, de 15 y 9 años, y a su cargo una hija de Imane, fruto de otra relación anterior, que acaba de cumplir los 9.

La boda se celebró en Marruecos y Badr Saadaoui se encargó de arreglarle los papeles para que Imane, ya su esposa, pudiera marcharse con él a vivir a España. Se instalaron en Valencia de Alcántara, aunque la familia desconoce por qué escogieron esta localidad cacereña. Hasta entonces él había vivido en Madrid.

"No era la persona que pensaba"

"Cuando se casó se conocían poco, fue conociéndolo poco a poco y empezó a ver que no era la persona que ella pensaba", comenta Mostafa SaadaouiComenzó a maltratarla casi desde el principio pero Imane se quedó embarazada y decidió aguantar a pesar de todo. Hasta que la situación se volvió insostenible y se armó de valor para denunciarle. Estuvieron un tiempo separados y ella se refugió en la Casa de la Mujer de Cáceres, pero la convenció para que volvieran. Le prometió que había cambiado. Y le creyó, así que retiró la denuncia y regresó a casa."No sabíamos que había quitado la denuncia, nos lo dijo ya cuando había vuelto a casa con él. Le dije ‘tú sabrás hija mía, tú eres la que vives con él y nadie mejor que tú puede saber cómo está’", apunta su padre.

"Si llego a saber que era así no dejo a mi hija casarse. Todos queremos lo mejor para los hijos"

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Pero ellos creen que su marido había urdido un plan para terminar con su vida. "La mató por venganza porque le había denunciado", asegura. Y es que, a raíz de aquella denuncia, él estuvo ingresado dos meses en el psiquiátrico de Plasencia porque alegó sufrir problemas de salud mental derivados de su adicción al alcohol y a las drogas; de hecho tomaba medicación desde hacía años.

Nadie lo sospechó porque cuando el matrimonio decidió darse una segunda oportunidad todo parecía haber cambiado. En el pueblo, cuenta su amiga, se les veía como una pareja normal e Imane siempre decía que todo estaba bien. Hasta esa madrugada. Su marido estuvo hasta la medianoche en un bar del municipio, donde consumió bastante alcohol. Se llevó incluso a su casa una botella que le pidió al dueño del establecimiento. "Salió de allí a las doce y a las doce y media la había matado, lo tenía todo pensado", insisten tanto sus padres como su amiga.

"No podemos comer ni dormir. Parece mentira. Esa noche estuve hablando con mi hija por videollamada hasta las once, estaba con el bebé sentado en sus piernas. Esto es muy fuerte, no se puede olvidar", reconoce su madre Malika Lwai, que asegura no tener palabras para describir el dolor que siente. "Tengo pruebas de que la maltrataba, tengo en mi móvil audios que mi hija me mandó cuando la maltrataba, esto no se lo voy a dar a nadie hasta que no llegue a España", apunta su padre, que desde que ocurrió el crimen lleva gestionando los papeles para conseguir el pasaporte y un visado para poder viajar hasta Extremadura y entregarle esas pruebas directamente a la juez. De momento, asegura, nadie se ha puesto en contacto con ellos para informarles de la investigación. "Queremos que se haga justicia", inciden.

"No podemos comer ni dormir. Esa noche estuve hablando con mi hija. Esto no se olvida"

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Piden celeridad al consulado para conseguir los permisos cuanto antes, entre otras cosas porque quieren tener junto a ellos a su nieto, un bebé de 14 meses fruto del matrimonio entre Imane y su agresor y que se encuentra bajo la tutela de los servicios sociales. No tienen apenas información sobre él. "Nos llamaron una vez (la Junta de Extremadura) y no nos han vuelto a llamar, nos dijeron que nos habían enviado un papel de la custodia pero no nos ha llegado, no sabemos nada, no tenemos teléfono donde llamarlo", se lamentan. "No vamos a estar a gusto hasta que no venga el niño, cuando pienso en él… Está solo, una madre es una madre", asiente Malika Lwai. Y sale de la conversación. Se derrumba.

En el tanatorio, a la espera

Mientras tanto, intentan agilizar también la repatriación del cuerpo. De momento el juzgado ha prohibido trasladarlo fuera España, por si fuera necesario practicar más pruebas, ya que el acusado se ha negado a declarar ante la jueza (a la Guardia Civil confesó el crimen, de hecho fue él quien les llamó para alertar de lo ocurrido). «Dice que no se acuerda de nada», comenta esta amiga de Imane. Sí se les permite enterrar a su hija en cualquier ciudad española, pero ellos se niegan. "La niña (la hija de 9 años que Imane tenía y que vive en Marruecos) ahora mismo lo que quiere es recuperar a su madre, quiere tenerla cerca, aunque esté muerta", afirma la madre de Imane. Por eso se han puesto en contacto con una funeraria que se encargará de trasladar el cuerpo desde el Instituto de Medicina Legal, donde permanece desde el crimen, hasta un tanatorio. Allí se quedará hasta que los restos puedan ser trasladados a Marruecos (no puede quedarse más en el anatómico forense). El consulado se encargará de todos los gastos. "Por lo menos cuando la enterremos descansaremos, descansará ella y descansaremos nosotros porque olvidar esto no se olvida nunca", reconocen.

El acusado pide la libertad

Mientras tanto, el juzgado continúa con la investigación de los hechos. Badr Saadaoui, el presunto asesino, permanece en prisión. Su defensa ya ha remitido al juzgado el recurso contra la petición de prisión provisional comunicada y sin fianza, en el que solicita además su puesta en libertad. Ya ha sido admitido a trámite, a la espera de que el juez resuelva. 

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