Un policía nacional fuera de servicio se percató de que un joven turista estaba convulsionando en el hotel de Calvià donde se alojaba. La víctima sufrió un ataque epiléptico y se estaba atragantando con sus secreciones. El agente le colocó en posición lateral de seguridad y le puso unas toallas bajo la cabeza para evitar que se golpeara. Tambíen avisó a las asistencias sanitarias para que atendieran al paciente.

Los hechos ocurrieron el pasado domingo en un hotel de Calvà. Un policía nacional fuera de servicio se alojaba allí y se encontraba desayunando en el comedor cuando vio cómo un joven turista caía desplomado al suelo y empezaba a convulsionar.

El agente reaccionó de inmediato. En primer lugar le sujetó la cabeza para evitar que el joven se golpeara contra el suelo. No obstante la víctima comenzó a atragantarse con las secreciones que expulsaba y con su propia lengua. Así, el policía le colocó en posición lateral de seguridad para que el turista pudiera expulsar los líquidos de la garganta. También le sacó la lengua para evitar que se ahogara.

Para evitar que la víctima se golpeara de nuevo en la cabeza si volvía a convulsionar, el policía le colocó unas toallas debajo de esta. Con el teléfono móvil del joven, el agente comprobó si tenía allí almacenados datos de emergencia. De esta manera, el funcionario averiguó que el chico padecía epilepsia y diabetes. El policía nacional comunicó al hotel los datos de los familiares del afectado para que les comunicaran lo sucedido.

Una vez que llegó la ambulancia al establecimiento hotelero de Calvià, las asistencias sanitarias se encargaron de atender a la víctima para su traslado a un centro hospitalario.