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Investigación

La madre de Olivia, la niña asesinada en Gijón, no mostró ningún signo de arrepentimiento tras el crimen

La detenida, que sigue a la espera de pasar a disposición judicial, aseguró que prefería a su hija "muerta" a que estuviera "con un maltratador"

Eugenio García y la pequeña Olivia.

Tranquila, consciente de lo ocurrido, aunque algo aturdida por una ingesta menor de medicamentos, pero sin mostrar síntoma alguno de arrepentimiento. Así fue detenida Noemí N. M., la mujer de 48 años que asesinó presuntamente a su hija de seis, Olivia, tras suministrarle una gran dosis de pastillas en los alimentos en el piso de Gijón en el que vivía, tal y como adelantó La Nueva España, del grupo Prensa Ibérica. Lo hizo porque había perdido la custodia de la niña, en favor de su padre, Eugenio García, con el que había mantenido un largo litigio judicial, con denuncias cruzadas. Ya en el hospital, tras su ingreso, fue muy clara: o la niña estaba con ella "o con nadie". Mejor muerta que "con un maltratador", reflexionó ante los sanitarios cuando llegó al Hospital. Hasta entonces, ni una palabra.

La mujer, que había viajado a Gijón por temas laborales y para poner tierra de por medio con su expareja, sigue en los calabozos de la comisaría de El Natahoyo, donde llegó el pasado lunes tras recibir el alta médica. Los agentes al cargo de la investigación, de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev), continúan realizando diligencias, en constante contacto con la magistrada al frente de la instrucción, Carolina Montero, presente en el piso en el momento del levantamiento del cadáver. Es muy posible, explican fuentes policiales, que apuren las 72 horas de las que disponen por ley antes de que pase a disposición judicial. Y, matizan fuentes policiales, aunque en el Hospital de Jove estuvo custodiada todo el tiempo y salió esposada, el plazo empieza a contar "desde que se le leen los derechos".

Así las cosas, Noemí N. M. podría pasar a lo largo de este miércoles o, incluso, el jueves, a disposición judicial. Ese margen de tiempo sirve para ultimar el atestado y todas las diligencias, incluidas las de Policía Científica. En el piso, se hallaron gran cantidad de medicamentos en distintas estancias. Por un lado, sobre la cama en la que se encontraba la detenida, junto al cuerpo sin vida de su hija, había una caja con cuatro blísteres de un analgésico. Uno de ellos, completamente vacío.

En la cocina también se hallaron más restos de medicamentos. La presunta infanticida tenía variedad de pastillas en un túper, pero también hallaron blísteres vacíos en una bolsa de basura. La cantidad que le suministró a su hija, presuntamente mezclada en alimentos líquidos, se determinará una vez se realice el examen toxicológico en el laboratorio, unas diligencias que, según las fuentes consultadas, podría llevar más de un mes, en el mejor de los casos.

La autopsia definitiva también revelará la hora exacta de la muerte. Cabe recordar que la madre recogió a su hija en Segovia en la tarde del sábado. Fue a partir del domingo cuando dejó de responder los mensajes y llamadas, incluidos los de su propia familia. Sobre las once de la noche, los peores presagios del entorno de la pequeña se confirmaron. Los agentes lograron acceder al piso, y al advertir su presencia, la madre se giró sin pronunciar palabra cuando todavía estaba acostada junto a la niña. Las hipótesis que se manejaban en la noche que fue hallado el cuerpo eran que la menor podría llevar muerta al menos doce horas. Nada declaró esta mujer por los graves hechos, hasta que llegó al hospital.

La relación con el padre, Eugenio García, era mala. Esta mujer, como ocurrió al llegar al hospital, le acusó de malos tratos psicológicos. Una vez, ya en Gijón, denunció ante la Policía que había sufrido daños en su vehículo y trató de responsabilizar a su expareja. Trató incluso de alejar, mudándose de Segovia a Gijón con la niña, algo que le recriminó la juez que llevaba el proceso de divorcio, puesto que no lo había notificado formalmente. No obstante, se le concedió el cambio de residencia. Pero ese régimen de custodia cambió el pasado viernes y precipitó el fatal desenlace. Una niña de seis años muerta y dos familias completamente destrozadas. La detenida aguarda en los calabozos a pasar a disposición judicial. La familia paterna ya habla de prisión permanente revisable.

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