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Parricido

La parricida de Gijón le dio pastillas a su hija escondidas en los alimentos y convivió al menos 12 horas con el cadáver

La mujer trabajaba digitalizando fondos documentales | El padre de la pequeña, natural de Segovia, había ganado la batalla judicial tras cinco años y entregó a la menor a su expareja el sábado para que pasara con ella el fin de semana

La pequeña asesinada en Gijón.

"O conmigo o con nadie". Estas fueron las pocas palabras que pronunció Noemí M. L. (la mujer de 48 años detenida por la Policía Nacional como presunta autora de la muerte de su hija, de seis años) desde que se halló el cuerpo sin vida de la pequeña en su piso de la avenida de Gaspar García Laviana, en El Llano, el pasado domingo, como adelantó La Nueva España, del grupo Prensa Ibérica. Lo hizo al llegar al Hospital de Jove, donde ingresó después de perpetrar este presunto parricidio al atiborrar a la pequeña con pastillas pocas horas después de conocer que su expareja, padre de la niña, había logrado su custodia tras una larga batalla judicial de cinco años en la que se cruzaron denuncias. Ella, por el contrario, aunque también había ingerido medicamentos, tomó una dosis mucho menor que la que le suministró a su víctima a través de los alimentos.

La mujer, natural de El Espinar, en Segovia, trabajaba en una empresa dedicada a la digitalización de fondos documentales y por motivos labores, relata su entorno, había viajado hasta Gijón el año pasado. Noemí M. L. ostentaba la guardia y custodia de la niña, que reservaba un régimen de visitas en favor del padre, Eugenio García, de fines de semana alternos y aquellos que incluyesen días festivos. Pero todo varió el viernes, sobre las 15.30 horas.

Tras mucho litigio judicial, se invirtieron las tornas, pues el Juzgado notificó una nueva resolución que concedía al progenitor la custodia de la niña, dejando a la madre con el régimen de visitas que hasta ahora había disfrutado el padre. Eugenio García se enteró viajando desde Segovia (es natural de la localidad de Torrecaballeros) a Gijón del cambio de criterio judicial, pues, con las medidas reguladoras anteriores, al ser el puente de Todos los Santos, le correspondía a él pasar esos días con su hija.

Eugenio García llegó al colegio Corazón de María, donde estaba matriculada la niña, y expuso la nueva situación, según detalla el abogado de la familia paterna. Intentaron localizar a Noemí M. L., pero no dio señales, por lo que, al final, el padre se volvió a Segovia con su hija.

Fue el sábado cuando la madre viajó hasta la provincia castellano-leonesa a por ella, regresando acto seguido a Gijón tras recogerla a las 17.30 horas en el lugar acordado con su expareja. "No sabemos lo que pasó después, porque Eugenio trató de contactar con su hija telefónicamente el domingo, cuatro o cinco llamadas a diferentes horas, pero no se pudo comunicar con ella. El teléfono daba llamada, pero jamás contestaron. Mandaron whatsapps, pero no hubo respuesta", expone el letrado del padre. Como no era la primera vez, y dada la situación y las desavenencias entre ambos desde el inicio de la separación, no le dio "mucha importancia".

"Jamás contestaron"

Pero lo cierto es que Noemí M. L. ya estaba dando muestras de un gran nerviosismo desde que conoció la nueva sentencia judicial que le retiraba la custodia. De hecho, fuentes próximas a la investigación explican que la mujer se había puesto en contacto con un despacho de abogados para informar de su situación. Y habló el sábado con su hermano y tío de la niña, que fue la persona que alertó a la Policía Nacional, ya el domingo, al ver que no se respondían las llamadas ni los mensajes. Las horas pasaban, no había noticias y los nervios y la preocupación iban en aumento. Cuando dieron el aviso, la niña ya estaba muerta.

La voz de alarma a la Policía Nacional, en Gijón, llegó en torno a las nueve y media de la noche a través de una llamada que realizó el hermano de la presunta parricida. Dados los antecedentes por la sentencia judicial adversa, una patrulla acude hasta el número 71 de la avenida de Gaspar García Laviana. Pese a la insistencia, nadie responde al otro la de la puerta del 4º A, el piso que Noemí M. L. había alquilado hacía unos meses. "Sí que era un signo de alarma que la madre no contestara tampoco a las llamadas de su hermano", reconoce el abogado de la familia paterna. Ellos, desde Segovia, también se ponen en contacto con la Policía Nacional "y nos empezamos a preocupar ya el domingo por la tarde", añade el letrado.

Las labores policiales, tras tomar declaración a algunos vecinos del inmueble, permiten llegan al propietario de la vivienda, que había arrendado al piso a Noemí M. L.. Las sospechas de que podría haber riesgo real para alguna de sus inquilinas llevaron a los agentes a entrar. Tal y como desveló este lunes a La Nueva España, madre e hija se encontraban juntas en la misma cama. Pronto se percataron de que la niña no respondía. La mujer, en cambio, estaba consciente, por lo que rápidamente se dio aviso a emergencias. Una UVI móvil fue activada hasta la avenida de Gaspar García Laviana, y luego una ambulancia de soporte vital avanzado. Fue esta última unidad la que trasladó a la sospechosa hasta el Hospital de Jove, pues parecía que había consumido pastillas. No pronunció palabra ante los agentes durante su intervención en el piso y solo compartió esa reflexión, de que con ella o con nadie, al llegar al centro sanitario para ser atendida.

Los agentes desplazados a la vivienda, al ver que la niña de seis años yacía sobre la cama, dieron la voz de alarma para desplegar todo el operativo pertinente para poner en marcha una investigación que ahora está en manos de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev). Poco a poco, fueron llegando multitud de agentes hasta el inmueble. No es habitual en la ciudad –a pesar del caso reciente del asesinato perpetrado en 2019 por Silvia Acebal, cuando apuñaló a su hijo recién nacido– que se proceda al levantamiento del cadáver de un menor de edad. Se veía a varios agentes afectados.

Los agentes de la Policía Científica también hicieron su trabajo durante varias horas en la madrugada del domingo al lunes. Un trabajo clave para elaborar luego las pruebas que se remiten al juzgado. Entre otras gestiones, está la inspección ocular, la recogida de vestigios y pruebas, reportaje fotográfico de la escena y del cuerpo… Todos ellos son datos fundamentales que se remitirán al Juzgado de Instrucción (la magistrada titular estuvo presente, junto a la Letrada de la Administración de Justicia y la forense, durante el levantamiento) para poder probar después qué le ocurrió a la víctima y quién fue el responsable. En este caso, la madre ya salió en calidad de detenida para Jove por haberle dado medicamentos, en gran cantidad, a su hija. Se sospecha que pudo ser por la mañana, porque la niña podría llevar alrededor de doce horas cuando la encontraron sobre la cama. Aprovechó presuntamente los alimentos para que la menor ingiriera las pastillas.

En el piso encontraron gran cantidad de blíster vacíos de medicamentos, tanto en la habitación como en la cocina. Sustancias que tratarán de analizarse para comparar con la autopsia que se le realizará a la niña en el Instituto de Medicina Legal de Asturias. Sobre la una de la madrugada, desde la Policía Nacional se da aviso al padre de la pequeña. "Intenta trasladar esa noticia a sus allegados de manera lo menos dolorosa posible, pero es imposible. Estaba desencajado, roto", recuerda el abogado de la familia.

Sobre las dos de la madrugada, la funeraria se lleva el cuerpo, pero los agentes de la Policía Científica continuaron en la vivienda tomando más pruebas. A la sospechosa no la dejaron sola en ningún momento durante su ingreso en Jove, pero no se le pudo tomar declaración hasta que le dieron el alta. La investigación sigue plenamente activa.

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