La jueza del caso de la muerte de un niño de ocho años en Petrer (Alicante) tras acudir cinco veces a Urgencias a citado a declarar en calidad de investigadas a dos de las médicas que le atendieron en el Hospital de Elda y en el centro de salud, respectivamente, según confirmaron a este diario fuentes cercanas al caso. La decisión se ha adoptado tras un informe pericial que sostiene que hubo mala praxis en la atención al pequeño. Errores que determinaron su muerte a causa de una peritonitis el 28 de octubre de 2020.  

Hasta siete facultativos distintos atendieron al niño las diferentes ocasiones en las que se presentó en Urgencias con sus familiares, pero ha sido en la actuación de dos de las doctoras donde el informe pericial ha visto indicios de una actuación que podría ser negligente: la de la médica que atendió en el Hospital de Elda al pequeño el 26 de octubre y que le mandó a casa sin hacer exploraciones complementarias, cuando ya había síntomas que las hubieran hecho recomendables; así como la de la doctora del centro de salud que la madrugada del 28 de octubre, dos horas antes de que el pequeño falleciese, le administró una medicación que pudo acelerar el avance de la peritonitis que desencadenó el fallecimiento. Las dos facultativas están citadas a declarar el próximo 12 de diciembre en calidad de investigadas ante el juzgado.  

El niño falleció a primera hora de la mañana de aquel 28 de octubre tras desvanecerse mientras se encontraba en el aseo de su casa. Desde hacía cuatro días, el niño había venido sufriendo un cuadro continuado de vómitos y se quejaba de un dolor de estómago que le impedía tumbarse boca arriba y le dificultaba incluso la respiración. Los médicos únicamente le suministraron sueros, un analgésico para el dolor y un tratamiento para cortarle los vómitos. En ningún momento se hizo al pequeño una ecografía, ni una analítica de sangre para tratar de averiguar cuál era el origen de ese dolor abdominal. Solo se le practicó un análisis de orina para descartar que pudiera estar sufriendo un ataque diabético.

El informe pericial encargado por el juzgado concluye que hubo una mala praxis médica y que la muerte del pequeño se debió a una infección en el intestino grueso que, al no ser tratada afectó a todo el abdomen, hasta que provocó una rotura del diafragma. La llegada de este dictamen ha tenido paralizado el inicio de la instrucción judicial, ya que era clave para establecer si había o no indicios delito. El juzgado ha tenido que acudir a una especialista en València ante la dificultad para encontrar médicos que se hicieran cargo del dictamen. Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Alicante habían descartado la existencia de una negligencia, aunque con la advertencia del facultativo que hizo estas apreciaciones de que no era especialista en esa materia. Desde la acusación particular que ejerce la abogada Rachel Sánchez Navarro en nombre de la “madre” del menor se reclamaba que fuera un experto imparcial quien revisara la actuación de los médicos. El pequeño se crio con sus abuelos maternos, que asumieron la patria potestad desde que era un bebé y han sido sus padres a todos los efectos.

Sin exploración complementaria

El informe descarta la existencia de negligencia en los primeros facultativos que atendieron al menor y se considera su actuación correcta, ya que le derivan desde un primer momento al Hospital de Elda, donde no se detectó la infección por encontrarse en sus primeras fases. Es a partir de la segunda visita al hospital (el 26 de octubre) donde, según el informe pericial, habrían empezado a cometerse los primeros errores. “En este episodio se puede observar una mala praxis pues la actuación realizada no se adecúa a los procedimiento médicos vigentes y, por ignorancia o desidia, ha provocado el alta del paciente con las ominosas consecuencias posteriores”, asegura el informe.

Del modo en que se rellenaron las plantillas, la especialista apunta a que “pudo haber una atención con celeridad y sin especial cuidado”, al tiempo que se subraya que “es un error no haber realizado alguna exploración complementaria” que hubiera permitido otro diagnóstico. En el caso de esta facultativa, se destaca en el informe que “está en periodo de formación y que por este motivo hubiera sido prudente que se consultara a un especialista la toma de decisión”, algo de lo que no hay constancia en el informe clínico.

Fármaco cuestionado

La segunda actuación médica sobre la que el informe refleja dudas es la de las cinco de la madrugada del 28 de octubre, dos horas antes de la muerte del pequeño. La perito incide en primer lugar en que se recetara Buscapina al niño, cuando es un fármaco “que no se suele utilizar en Pediatría y su uso en niños no está recomendado”. La especialista que firma el informe no descarta que este medicamento pudiera haber ayudado a que la infección se estableciera “con más celeridad”. El dictamen señala que se administró una medicación “sin realizar una exploración física previamente” y que “se permitió que los familiares se fueran con el menor sin su evaluación previa, sin velar por su seguridad y, sin ni siquiera avisar de las posibles consecuencias que pueden acontecer”.