Todo apuntaba a un accidente, pero la declaración de un testigo ha dado un giro de 180 grados a la caída de un joven de 25 años por las escaleras de una comunidad de vecinos de Zaragoza. La Policía Nacional ha detenido a un hombre como el responsable del empujón, quedando imputado por un delito de homicidio en grado de tentativa.

La investigación realizada por el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón se remonta al pasado 3 agosto, sobre las 11.00 horas, cuando la sala del 091 recibió un aviso de unos residentes que había una persona en el rellano del segundo piso que estaba inconsciente sobre un gran charco de sangre. Quien llamó aseguró que había escuchado unos gritos minutos antes y que ese joven no reside en el número 5 de la calle Melilla en el que había ocurrido el suceso.

"Esa chica es mía, esa chica es mía", gritó el herido durante la persecución

Hasta allí se trasladaron varias dotaciones de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Policía que vieron al joven inconsciente sobre el suelo y a una mujer que decía que se había tropezado y caído, añadiendo que minutos antes le había perseguido a ella y a su hija. Que les había gritado: "Esa chica es mía, esa chica es mía" y que esta mujer le había pedido que les dejara en paz, que era su hija y que él no tenía nada que ver con ellos.

Unos gritos que escuchó el marido de esta mujer y padre de la niña que estaba en el interior de la vivienda y que salió al rellano para ver qué pasaba. En ese momento se habría producido el rifirrafe entre la víctima y el sospechoso, F. D. de 43 años y de origen rumano, quien le habría empujado cayendo dos pisos abajo.

Este hombre aseguró que le dijo que se fuera y que dio un traspiés en su huida corriendo. Sin embargo, un testigo aseguró que hubo un forcejeo y que empujó a la víctima, quién cayó rodando hasta que se abrió la cabeza.

Los sanitarios que acudieron al lugar consiguieron estabilizarle antes de ingresar en la uci del hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, donde se recupera del fuerte traumatismo craneoencefálico que sufrió tras precipitarse.

Mientras, su agresor durmió ayer en el centro penitenciario de Zuera. Lo decidió el magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza tras tomarle declaración por un delito de homicidio en grado de tentativa.