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Investigación

La Policía sospecha que los detenidos en Vigo por agresión sexual grabaron a la víctima con un teléfono

La propia víctima, de 18 años, dio la alerta al telefonear a los agentes | Dos jóvenes fueron apresados y el tercero se personó en comisaría sin su móvil

El vehículo de la Policía Nacional que trasladó a los tres jóvenes detenidos. JOSÉ LORES

Una llamada telefónica que pudo hacer la propia víctima, una joven de solo 18 años de edad, fue lo que puso a la Policía Nacional sobre la pista de la presunta agresión sexual grupal ocurrida este pasado fin de semana en un piso de Vigo. Esa intervención ya muy avanzada la madrugada del sábado al domingo derivó en la detención en dicho edificio de dos de los presuntos agresores. El tercero, según las fuentes consultadas, se habría personado más tarde en dependencias de la comisaría viguesa acompañado por su abogado y sin portar su teléfono móvil. Precisamente, una cuestión que planea sobre este caso es la de que durante el ataque sexual denunciado la víctima habría sido grabada con un teléfono, si bien, al menos hasta la jornada del martes en la que los arrestados pasaron a disposición judicial, no habría en las diligencias todavía ningún vídeo, por lo que se indaga en si existen esas imágenes y si las mismas pudieron haber sido borradas de forma previa a la intervención policial. Lo cierto es que, junto al delito de agresión sexual que conllevó el ingreso en prisión provisional de los tres sospechosos, el juez de guardia atribuyó a los investigados también el de revelación de secretos, incluido en el grupo de delitos contra la intimidad y que castiga, entre otros supuestos, a quienes graban y/o difundan imágenes de este cariz.

Los hechos ocurrieron la madrugada del sábado al domingo. La víctima y al menos dos de los detenidos se conocieron en un pub de la zona de Areal y después se fue con uno de ellos al piso de Travesía de Vigo donde después se habría producido la agresión sexual que, según se sospecha policial y judicialmente, fue grabada con un teléfono móvil. Los arrestados, de origen dominicano, son amigos entre sí y la vivienda donde pasó todo es en la que vive uno de ellos. Una llamada telefónica de la víctima, que en un momento dado salió por sus propios medios de dicho piso, fue lo que dio la alerta a la Policía Nacional, que detuvo a dos de los supuestos agresores allí mismo, en el edificio o en sus inmediaciones. El tercer joven fue arrestado con posterioridad tras acudir acompañado por un abogado a las dependencias del Cuerpo Nacional de Policía en Vigo. Dos de ellos tienen entre 18 y 20 años y el otro es algo más mayor, pero no alcanza la treintena.

La víctima, mientras, muy afectada y nerviosa por lo ocurrido, tras ser auxiliada por los agentes –estaba ya fuera del piso cuando llegaron allí– fue trasladada al Hospital Álvaro Cunqueiro, para recibir asistencia sanitaria y ser examinada por un médico forense, que elaboró un informe para su entrega al juzgado, como establece el protocolo establecido para ataques sexuales de esta naturaleza. La exploración no habría evidenciado lesiones externas violentas, pero esto no excluye la realidad de una relación sexual no consentida, como recientemente dictaminó la Audiencia de Vigo en otro caso de una agresión sexual grupal.

Los investigados, que niegan la agresión sexual, fueron enviados a prisión por el Juzgado de Instrucción 8 de Vigo, en funciones de guardia, si bien esta sala debe inhibirse en la de Instrucción 7, la que estaba de guardia cuando fueron los hechos. Por ello, la magistrada de este tribunal deberá citar a los investigados –podrían ser trasladados a los juzgados desde A Lama o comparecer por videoconferencia desde la cárcel– para decidir si ratifica o no el encarcelamiento, medida acordada tras solicitarlo la fiscal, que lo hizo fundamentándolo en la credibilidad de la víctima, la gravedad de los hechos y las altas penas a las que se podrían enfrentar los jóvenes en un futuro juicio.

Los delitos que se atribuyen inicialmente en este caso en el que la instrucción acaba de arrancar son los de agresión sexual y de revelación de secretos, según confirmaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Galicia. Este último es el que tendría relación con esa sospecha de que la agresión sexual habría sido grabada ya que pena al que “para descubrir los secretos o vulnerar la intimidad de otro” realice alguna “grabación”. El mismo tipo penal castiga también el hecho de que se “difundan” dichas imágenes, si bien no trascendió si esto ha ocurrido como ya pasó en otros casos similares en Vigo, como en un asunto juzgado este julio en la Audiencia en el que un vídeo grabado por los dos hombres que abusaron sexualmente de una joven acabó durante un breve período de tiempo en la red social Instagram.

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