Las dos mujeres que fueron «pinchadas» cuando se encontraban en un local de ocio de Palma no sufrieron después ningún tipo de ataque. Es decir, nadie las intentó agredir sexualmente, como ha ocurrido en otros casos, ni tampoco les intentaron robar sus pertenencias. Lo que sí es cierto es que ambas notaron un pinchazo y después empezaron a sentirse mal. Las dos mujeres, al no sufrir ningún tipo de consecuencia, no han querido denunciar los hechos. Aún así, la Guardia Civil está investigando los casos, que no están relacionados entre ellos, y que tuvieron lugar entre los meses de junio y julio en zonas de diversión de la ciudad.

Esta misma situación se ha producido, al menos, en otras cuatro ocasiones en discotecas de Ibiza. Una de las víctimas narró que notó de inmediato el pinchazo y avisó a su amiga, que la ayudó a salir de la discoteca donde estaba. La mujer estuvo nueve horas casi inconsciente, sin posibilidad alguna de poder moverse, como consecuencia de la sustancia que le inyectaron. Los servicios de seguridad de la discoteca donde ocurrió el suceso no lograron identificar el autor del pinchazo. Es casi imposible descubrirlos, porque es muy fácil deshacerse del utensilio que emplean para atacar a las mujeres.

Estos incidentes ocurridos en las islas han provocado una cierta preocupación social, de allí que la Guardia Civil haya intensificado la investigación para determinar quién está inyectando estas sustancias a las mujeres en los locales de ocio.