La mujer hallada muerta a las tres de la tarde del martes en un terreno de monte a las afueras de Alfondeguilla falleció hace entre cuatro meses y un año. Esa es la amplia horquilla temporal fijada por los dos forenses que desde esta mañana están practicando la autopsia a los deteniorados restos esqueletizados en el Instituto de Medicina Legal (IML) de Castelló. El estudio forense se prevé largo y complejo, precisamente por el elevado estado de descomposición del cuerpo, del que la única certeza es que corresponde a una mujer.

Tal como ha adelantado Levante-EMV, diario del mismo grupo editorial, Prensa Ibérica, que este periódico, le faltan parte de las extremidades -ambas manos y ambos pies- por la acción de la fauna silvestre, que también ha dejado señales de mordeduras en otros puntos, como la cara. La zona es rica en carroñeros y depredadores, como zorros y jabalíes.

Los especialistas del IML de Castelló apenas han podido realizar un estudio macroscópico de los restos óseos para detectar lesiones muy aparentes, algo que no ha sucedido, por lo que aún se desconoce no solo la causa de la muerte, sino si se trata de un homicidio. En todo caso, la Guardia Civil trabaja con esa tesis -no es la única- por las circunstancias que han rodeado el hallazgo, como, por ejemplo, que no haya sido hallada ni ropa ni objetos personales de la fallecida, como sería esperable en caso de que se tratase de una muerte accidental o debida a causas naturales, o incluso de una muerte voluntaria.

Evitar especulaciones

Los forenses estiman que la mujer tendría entre 30 y 50 años de edad, a partir del estudio superficial de la madurez de la osamenta. En todo caso, como es habitual con los cadáveres esqueletizados que apenas conservan restos de tejidos blandos, los huesos deben ser tratados con una solución especifica durante 48 horas antes de poder realizar un examen minucioso con microcopio en busca de señales de un asesinato, como muescas de armas blancas, proyectiles, contusiones o fracturas.

En cualquier caso, las fuentes consultadas llaman a la prudencia y dicen que aún es pronto para hablar de feminicidio, por lo que apelan a esperar a que avance la investigación policial y a evitar las especulaciones con nombres de víctimas que nada tienen que ver ni geográfica ni temporalmente con este hallazgo.

Identificarla, una de las claves

Uno de los objetivos prioritarios es identificar a la mujer, lo que permitirá a los agentes del grupo de delitos contra las personas de la Guardia Civil de Castelló afianzar las líneas de investigación a partir del rastreo de su entorno y de sus relaciones, así como buscar posibles denuncias vinculadas con ella, como víctima o como autora. Para ello, los forenses tomarán muestras del fémur, el hueso más ancho y, por tanto, más eficiente, para extraer ADN y obtener el perfil genético de la mujer, labor que llevará a cabo, casi con toda seguridad, los especialistas del departamento de Biología del servicio central de Criminalística de la Guardia Civil.

Cuando se logre ese marcador biológico, será introducido en la base de datos de personas desaparecidas y restos humanos (PDyRH), común para todas las fuerzas de seguridad, para cotejarlo con todos los perfiles genéticos registrados en busca de coincidencias.

Al margen de esa indagación, los investigadores de Policía Judicial han comenzado ya a rastrear las denuncias por desaparición en la comarca de la Plana Baixa, a la que pertenece Alfondeguilla, sino también del resto de la provincia de Castelló, así como de toda la C. Valenciana, rastreo que, de no dar resultados, se extendería a los registros policiales de toda España.

El Barranc de les Vinyes, el área donde fue localizado el cuerpo -lo halló una mujer que recorría un terreno de su propiedad- está apartado pero el cadáver estaba visible, cubierto únicamente por ramaje y maleza crecido en su entorno a lo largo de los meses.