Cuatro internos del centro de internamiento de extranjeros (CIE) de València se han fugado en la madrugada de este jueves escapándose por una ventana del centro con la ayuda de una cuerda hecha a base de sábanas anudadas, que usaron para descolgarse hasta el exterior. Antes, habían logrado arrancar uno de los barrotes que cierran las ventanas, para lo cual se han servido de algún tipo de palanca. La evasión se ha producido pasada la una y media de la madrugada, pero no ha sido detectada hasta cuatro horas después, cuando los agentes han acudido a despertar a los internos para proceder este mismo jueves a su repatriación en cumplimiento de una orden de expulsión.

Se trata de cuatro jóvenes procedentes de Marruecos, a los que la Policía Nacional está buscando desde primera hora de este jueves, esto es, en cuanto se detectó su ausencia, sobre las 5.30 horas. La hora de la fuga ha sido establecida gracias a las cámaras de seguridad del recinto, en cuyas grabaciones que los agentes vieron cómo los cuatro chicos ataban la sábana a los barrotes no violentados y la echaban hacia el exterior, tras lo cual se fueron deslizando uno a uno por el hueco, para luego descender hasta la acera que rodea la edificación que alberga a los migrantes en situación irregular que esperan su expulsión.

Alcanzaron la calle saltando el muro

Una vez allí, salvaron el muro perimetral del complejo policial de Zapadores sin que nadie lo advirtiera y, una vez en la calle, ya se les pierde la pista, ya que contaban con una gran ventaja de cuatro horas. Lo más probable es que lograsen saltar ese muro encaramándose a la garita de vigilancia próxima al CIE, que por las noches no tiene agentes de servicio, ya que el portón de hierro que controla está cerrada.

Esta no es la primera vez que se produce una fuga en el centro de internamiento de extranjeros (CIE) de València, cuyo cierre vienen pidiendo desde hace años las ONG que asisten a los migrantes. Una de las evasiones más importantes ocurrió en 2014, cuando 16 internos lograron escapar tras salir corriendo en tromba a plena luz del día.