"Llevo dos años sufriendo una auténtica agonía. Esperando noticias, esperando la llamada. Esa que me diga que saben algo de él o que han detenido a sus verdugos, pero no llega". Toñi es la madre de Yurian Cabrera, desaparecido en Canarias en mayo de 2020. "Sé que a mi hijo lo torturaron, lo mataron, lo desaparecieron". La mujer lleva dos años sufriendo su ausencia.

El día en que se fundió todo a negro, Yurian cumplía 35 años. Sopló las velas en casa, en La Isleta (Las Palmas) y salió a dar una vuelta. Eran las ocho de la tarde. No dijo dónde iba, no dijo con quién. No regresó.

Una foto del álbum familiar de Yurian Cabrera, cedida por su familia. CASO ABIERTO

"El 12 de mayo de 2020 no se me olvidará jamás. No le gustaba celebrar su cumpleaños", recuerda su madre, "aunque sí le cantamos el cumpleaños feliz". Fue la última reunión que Yuri, como lo llaman en casa, tendría con los suyos. "Yurian salió con lo puesto, no llevaba móvil ni documentación, "fueron a por él, me lo mataron".

"Lo han tirado por el puente"

La alerta saltó un par de días más tarde. "Él, además de una discapacidad psíquica del 66 por ciento, tomaba medicación y estaba en tratamiento porque había tenido adicción a las drogas. Esa tarde yo le dije que tuviera cuidadito con lo que iba a hacer, no vayamos a empezar con las mismas. Él, al decírselo, pues como que medio se enfadó", recuerda su madre, que asoció que tardaba en regresar porque estaba un poco molesto. "Pensé que estaría con algunos amigos, no lo sé".  Pasados un par de días, Toñi se mosqueó, "bueno, ya se le habrá pasado el enfado… ¿no? Seguro que ya sube". No subió.

La mujer salió en su búsqueda. "Fui a montones de sitios, pregunté a su entorno, entré en sus redes", recuerda Toñi. No había nada que llevara a él. "Un chico me dijo que le había visto en Jinámar (Las Palmas) sobre el 20 de mayo. Busqué a mi hijo por allí, por sitios por donde él solía parar y, al no encontrarlo por ninguna parte, fui a denunciar".

"Mi hijo no aparece", dijo en sede policial. Tras la denuncia, arrancó la investigación. Toñi, a la par que los agentes iniciaban las pesquisas, emprendió las suyas propias. Difundió su imagen, gritó su nombre. "Llegó una persona que lo conocía y me dijo que a Yuri lo cogieron, lo mataron y lo desaparecieron". Fue la primera vez que oyó esa versión.

La policía apuntó el dato, pero no le dieron mucha credibilidad: "la persona que lo contó tenía también una discapacidad y no había nada probado". Esa persona amplió el testimonio, dio una localización, "dijo que a mi hijo lo habían tirado por el Puente Silva (Las Palmas)". La policía buscó, pero no halló nada. La investigación se enquistó.

Le ataron de manos y pies

Se activaron las alertas en todas las direcciones. La policía nunca descartó, al arranque, que pudiera tratarse de una fuga voluntaria. "Era raro, mi hijo no estaría tanto tiempo sin contactar conmigo". Se alertó a las farmacias, Yurian tomaba medicación, en cualquier momento podría ir a retirarla. "Imposible", lamenta Toñi, "su cartilla médica la tengo yo".

"Para Tomás Gimeno, el asesino de las niñas Anna y Olivia en Tenerife, se trajo hasta un barco, pero para mi hijo no ha habido nada", lamenta la madre

Pasaron los días, sin datos, sin avance, sin respuestas y llegó la carta. Un mensaje anónimo que arrancaba así: "no digas nada a la policía", recuerda su madre. "Que no comunicara nada, pero que me lo decía porque apreciaba mucho a mi hijo". El texto daba detalle de quién y cómo, explicaba todos los detalles de la desaparición.

"Al parecer, Yuri le quitó a unas personas algo, no sé si droga, no lo sé. Lo cogieron, lo torturaron y lo mataron. Cuenta que lo enterraron en un punto pero, después, para cerciorarse mejor, lo tiraron al mar con pesos. Le amarraron las manos y los pies".

Describe la supuesta tortura a la que habrían sometido al hombre, "pero no puedo ni pronunciarla; mi hijo sufrió". Con la misiva, acudió directa al cuerpo investigador. "Indagaron, pero no hay nada, no hay cuerpo, no hay delito". Yurian, simplemente, no está.

Yurian Cabrera en una foto compartida por su familia. CASO ABIERTO

"Esto es un crimen premeditado, lo torturaron. Es muy fuerte lo que le hicieron", asegura la madre, convencida. La investigación continua, pero a ritmo lento, "tenemos los nombres de las personas que lo hicieron, sé quienes mataron a mi hijo, pero no lo puedo demostrar". Policialmente el avance es escaso, "no hay cuerpo, Toñi, me dicen los agentes, que me haga a la idea y que haga el duelo a mi hijo ya".

Toñi respondió en su momento, y hoy usa la misma frase: "no puedo hacerlo porque su cuerpo no está".

La última foto que se hicieron juntos Toñi y Yurian, cuatro días después desapareció. CASO ABIERTO

Yurian, el joven que salió una tarde a celebrar su cumpleaños, no aparece, no está. "Cariñoso, con un corazón de oro, aunque sé que cuando se metió en la droga todo se torció; no era malo, no hacía nunca daño a nadie". Futbolero, del Real Madrid, aunque por encima de todo de la UD Las Palmas. Amante de la música, de Maná, de Amaral.

"Tenía la esperanza de que mi hijo se hubiera marchado a otra isla y me llamara, pero mi hijo no se va dos años y me tiene así. La respuesta de la policía, los testimonios que me llegan, y el tiempo pasado me hace creer que es verdad que mi hijo ya no está".

Marta del Castillo, Yéremi Vargas

Toñi lucha contra los elementos, ruega ayuda. "A mi hijo no le han buscado con equipo de perros, ni se ha hecho búsqueda en el mar… Para Tomás Gimeno, el asesino de las niñas Anna y Olivia en Tenerife, se trajo hasta un barco, pero para mi hijo no ha habido nada", lamenta. "No tengo medios para tirarme al mar yo, bucear o poner alguien que lo busque, necesito que los cuerpos policiales no me abandonen. Que estuvo en la droga, sí, pero es una persona", ruega, "él es una persona y yo una madre".

Antes de besar la foto de su hijo, la que se hicieron por última vez, lanza un último ruego: "no puede ser que tengamos asesinos -como en el caso de Marta del Castillo, el de Yéremi, el de mi hijo... y les salga todo bien porque no hay ningún medio para hacerles hablar. Hagan algo ya".