Un asaltante se aproximó a un joven en un cruce de una calle de Palma. Antes de que la víctima pudiera reaccionar, le propinó una patada en el abdomen. Cuando estaba en el suelo le propinó una lluvia de golpes. Después le intimidó con un cuchillo para que le llevara a su casa para sustraerle todos los enseres, mientras le presentaba a sus padres como si se tratara de un amigo.

La Sección Segunda de la Audiencia de Palma ha condenado este miércoles al procesado a dos años y medio de prisión por los delitos de robo con violencia e intimidación y detención ilegal. La fiscal ha apreciado las atenuantes de toxifrenia, por su adicción a las drogas el día que ocurrieron los hechos, y por reparación parcial del daño causado, al indemnizar a la víctima con una parte de la responsabilidad civil. El encausado no se podrá acercar a menos de 500 metros a la víctima durante cinco años.

El violento asalto ocurrió sobre las 22.50 horas del pasado 18 de enero. El afectado se dirigía a su domicilio cuando este atracador se abalanzó sobre él. Después de darle una fuerte patada de improviso, le propinó una serie de puñetazos en el suelo. En primera instancia, el delincuente instó a la víctima que se pusiera en pie. En ese momento le sustrajo los auriculares que portaba. El joven, atemorizado, le entregó su teléfono móvil y la tarjeta de crédito.

El asaltante no se conformó con este exiguo botín. Así, el delincuente apostó por una actuación más audaz. Sacó un cuchillo con una hoja de seis centímetros y amenazó con él a la víctima. A continuación le conminó a que le llevara a su domicilio, donde se encontraban sus padres, y le presentara como un amigo. "Ahora me llevas a tu casa o te meto un par de puñaladas", él espetó.

El joven, completamente atemorizado, accedió a sus pretensiones. Su domicilio estaba a unos 15 minutos andando de distancia. En el ascensor, el asaltante ya le advirtió de que, si sus padres estaban despiertos, le presentara como un amigo. Ambos se introdujeron en el dormitorio y el malhechor sustrajo la Playstation, los juegos, móviles, ropa y una bolsa donde introdujo todos estos efectos. "Ahora salimos juntos, y esperas a que me vaya", ordenó a la víctima, que bajó a la calle con él, antes de que este desapareciera. Tras llamar el afectado a la Policía, una patrulla se personó en el lugar, detuvo al delincuente y recuperó todos los efectos sustraídos, valorados en 3.585 euros.