Las autoridades paquistanís sospechan que las dos hermanas de Terrassa asesinadas en Pakistán, Arooj y Aneesa Abbas, viajaron a su país de origen, del que llevaban años fuera, engañadas, según ha publicado El País –que avanza que la trampa consistió en hacerlas creer que su madre había enfermado– y ha confirmado El Periódico de Catalunya. Las jóvenes, de 24 y 21 años, habían sido casadas a la fuerza con unos primos del distrito de Gujarat, en el este de Pakistán, pero desde hacía tiempo vivían en Cataluña.

El diario local 'Dawn' explica que la familia se puso en contacto con las chicas para comunicarles que la madre estaba muy grave y deseaba verlas en persona. Para la Policía que investiga los hechos en Pakistán, una prueba de que se había tramado un complot para atraer a las jóvenes de vuelta al país es que apenas transcurrieron 24 horas desde que las hermanas Abbas aterrizaron en su país hasta que fueron torturadas y asesinadas. Las chicas habían llegado a Pakistán el jueves y el suceso se produjo el viernes. El plan de sus homicidas era forzarlas a iniciar los trámites para que sus maridos pudieran viajar a España junto a ellas, algo a lo que las dos hermanas se negaron. Por eso las mataron sus propios hermanos, sus primos –también maridos– y uno de sus tíos. Todos ellos, seis en total, fueron arrestados por la policía paquistaní.

Altamente probable

"No tenemos evidencia de que se produjera el engaño, pero es algo altamente probable", han indicado fuentes del consulado pakistaní consultadas por este diario.

El crimen de las dos jóvenes, afincadas en Terrassa, ha conmocionado a Pakistán, donde la prensa local es "muy activa en la condena de estos dos asesinatos", afirmó el cónsul en una entrevista. "Hay un movimiento social de rechazo. Actualmente una mujer forma parte del máximo estamento judicial de Pakistán y un 18% de los legisladores del país son mujeres, el porcentaje más elevado de la historia. Pero desgraciadamente, la violencia contra las mujeres es un problema, no solo de Pakistán, sino del mundo entero", lamentó Salman.

Para la cultura paquistaní, según fuentes de esa comunidad afincada en Cataluña, la mujer es algo que se considera casi divino. Y un comportamiento por su parte que las aleje de esa dimensión, tratan de argumentar sin mucha convicción las mismas fuentes, puede provocar represalias violentas por parte de los hombres. O que un padre tome la decisión de forzar un matrimonio como el que se acordó para Aneesa y Urooj. Cómo se gestionó ese enlace o en qué condiciones las jóvenes viajaron a Pakistán, son cuestiones acerca de las cuales los Mossos d'Esquadra han preguntado al padre de las dos víctimas y ha enviado el informe a la Fiscalía, que ha ordenado si las dos chicas fueron forzadas a casarse.

Pero el crimen, por el que ya hay seis detenidos, debe investigarlo la policía del Pakistán dado que las dos mujeres no tenían la nacionalidad española y fueron asesinadas allí, remarcan fuentes policiales.