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Proceso judicial

La acusada de asesinar a su bebé en Murcia: "Yo no sabía que estaba embarazada, estaba concentrada en sacarme el carné"

Tras parir a la niña en el baño, "tenía unas tijeras de cortar las uñas y le corté el cordón, porque salía en las películas... la tuve en brazos, pero no respiraba", declara Sandra M. L. en su juicio, en el que le piden 18 años de cárcel

La fiscal Torres interroga a Sandra M. L., acusada de matar a su hija en Yecla, este martes en Murcia.

 Sandra M. L., la joven acusada de asesinar hace siete años a su bebé recién nacida en el cuarto de baño de la casa de sus padres, donde dio a luz, declaró este martes en la segunda sesión del juicio que se sigue contra ella en la Audiencia Provincial de Murcia y aseguró que no sabía que estaba embarazada porque no tuvo ningún síntoma, "ni náuseas ni vómitos". "Me crecería la barriga en el último mes, como mucho", calculó, al tiempo que afirmó que "en ese momento estaba concentrada en los estudios y en sacarme el carné de conducir".

A preguntas de la fiscal, Eva Mª Torres, comentó que "en el último mes me pudo crecer, pero yo no me noté ningún tipo de barriga". También apuntó que en el pueblo, Yecla, había "un bulo" de que ella estaba embarazada, algo que a ella le llegó a través de su pareja y que negó. "Había un rumor, tanto mío como de otra chica, pero yo no sabía que estaba", insistió la joven. "Si supuestamente todo el mundo lo sabía, ¿por qué no se lo voy a decir a mis padres? ¿O a mi novio?", inquirió la acusada, a raíz de que la fiscal le mostrase unas conversaciones de mensajería instantánea, mantenidas con su pareja, donde este chico le dice: "Siempre tapándote la barriga, subiéndote las mallas... paso del tema ya".

No se hizo un test de embarazo porque "yo seguía teniendo la regla", manifestó, para añadir que no fue nunca al ginecólogo, pese a tener menstruaciones irregulares.

Los hechos que ahora llegan a juicio acontecieron en 2015 en Yecla, donde Sandra, de entonces 19 años de edad, vivía con sus padres. A quienes, al igual que a su pareja, según asegura la fiscal, ocultó que estaba embarazada. La procesada, en libertad con cargos, se enfrenta a una pena de 18 años y un mes de prisión por el delito de asesinato, con la agravante de parentesco, que es lo que pide para ella la Fiscalía.

"Cuando tuve que expulsar la bolsa fue cuando más sangré"

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Sostiene la representante del Ministerio Público, y así se lee en su escrito, que, sobre las cuatro de la mañana del 11 de mayo de 2015, Sandra dio a luz en el baño a una niña sana. Tras el alumbramiento, prosigue la fiscal, la joven cortó el cordón umbilical con unas tijeras que encontró en ese cuarto, envolvió a la bebé en una toalla y, "siendo plenamente consciente" de que estaba viva y de que con ello acabaría con su vida, la dejó en una esquina del baño "sin prestarle la más mínima asistencia". Cuatro horas después, la pequeña murió. Por asfixia. De estar viva, la niña habría cumplido hace apenas unos días 7 años de edad.

"No me salía la voz"

El día de los hechos, "me levanté porque tenía mucho dolor de barriga: iba al baño, iba a la cama... Como a las seis de la mañana, me levanté, me duché y cuando salí de la ducha empecé a notar un dolor". Se sentó en el retrete: estaba de parto. "Empujé, no tardé casi nada... para que no cayera al suelo, la cogí. Vi que no respiraba, no lloraba. Tenía unas tijeras de cortar las uñas y le corté el cordón, porque era lo que salía en las películas, en las series... La tuve en brazos, pero no se movía, no respiraba. Lo que hice fue dejarla encima de una toalla, empejé otra vez a ponerme de cuclillas y expulsé una bolsa. Empecé a sangrar muchísimo, me senté al lado de ella. No me salía la voz, era como una sensación de ahogo, no podía hablar", fue relatando.

Asegura que se bloqueó y que no pudo ni articular palabra, incluso cuando sus familiares entraron al baño y dejó de estar sola. Por no ver así al bebé "cogí una toalla que tenía y se la puse encima". Cuando llegó su madre, sintió alivio al estar acompañada, aunque "yo estaba súper mareada, no podía moverme".

A la pregunta de si rompió aguas, Sandra M. L. dijo que "no sé si se rompe antes o después, no lo sé". A la pregunta de por qué no avisó a sus padres, aseguró que "no vi que me salía sangre, fue cuando me dolía mucho que vi la cabeza (del bebé) y vi que sangraba. Cuando tuve que expulsar la bolsa fue cuando más sangré".

La joven destacó que "en ese momento, hice todo lo que pude. Le corté el cordón, sale en las películas... Yo lo que hice fue cortarle el cordón y empecé a desangrarme".

Sandra indicó que estaba "muy mareada" y admitió que no recordaba algunas circunstancias de aquella madrugada, donde dio a luz en "un baño muy pequeñito, que lo tiene todo muy junto". No recuerda, por ejemplo, si tenía sangre o no en su cuerpo cuando llegaron los servicios de emergencias.

A la cuestión de por qué no fue a entregar su móvil cuando la jueza de instrucción se lo requirió, la acusada alegó que fue porque su abuelo "estaba malo", ingresado en el hospital. "Yo no estaba pendiente de eso", alegó, sobre la citación judicial que tenía. La fiscal en ese momento preguntó si se descargó en su móvil una aplicación para borrar contenido, Sandra contestó que no, porque del teléfono maneja "lo básico". Fue entonces cuando Torres mostró mensajes en los que Sandra hablaba con su novio sobre si estaba o no embarazada: según la chica, hablaban sobre los rumores que circulaban en el pueblo, pero ella desconocía estarlo de verdad. "De ocho meses ya, según las cuentas de la gente", llegó a decir. Según ella, lo manifestó "en tono irónico", aunque resultó ser de verdad.

A continuación llegó el turno del abogado Pedro Javier Gómez, que defiende los intereses de Sandra. El letrado quiso que el jurado popular, que ha de discernir si la joven es culpable, escuchase la grabación de la llamada al 112 que hicieron aquel día los familiares de la chica, al encontrarla en el cuarto de baño.

"Estuve tres días en el hospital con dos policías en la puerta", lamentó la joven, que también aseguró que "me montaron en un coche y me llevaron a Comisaría, y yo no sabía ni dónde estaban mis padres ni mi familia ni nada".

El letrado volvió a la conversación de WhatsApp que mantuvo Sandra con su novio, y ella incidió en que "había una especie de bulo o rumor" sobre su estado, el que ella misma desconocía, según su testimonio. "Todo el pueblo iba soltando esas cosas y, si a él le llegaban, me lo preguntó". Según el abogado, es importante "el tono" de cada mensaje.

"Señor letrado, yo no tengo WhatsApp, pero dudo que un WhatsApp pueda contener tono. Es difícil cuando son escritos. Eso, ni en poesía", intervino el juez Del Olmo, magistrado presidente.

Luego se mostraron fotos de Sandra en "dos semanas antes" del parto, según ella, en la que se ve en una carrera popular. Las exhibió su defensa para que el jurado viese que la joven no parecía estar en avanzado estado de gestación. La chica aseguró que "en ningún momento" pensó en ocultar su embarazo: insistió en que no tenía ni idea de que iba a ser madre.

Acto seguido, llegó el turno de las cuestiones que formulan los miembros del jurado popular. A la pregunta de por qué tardaron una hora en llamar al 112 desde que la encontraron en el baño, tras parir, Sandra dijo: "No lo sé".

"Yo pensaba que eran restos, algo desagradable de ver: si hubiera sabido que era un bebé, otra cosa habría pasado", admite la madre de Sandra

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A la pregunta de qué hacía su tía en su casa ese día a esas horas de la madrugada: "No lo sé".

"¿Todas las relaciones mantenidas eran sin protección?", cuestionó otro jurado. "Sí", respondió la acusada.

"¿Sabíais el riesgo de embarazo?" "No pensábamos en ese riesgo", aseveró.

"¿Hiciste algún riesgo o sonido durante el parto?" "No", sentenció Sandra.

"Había toallas debajo y encima"

Al concluir el interrogatorio de la acusada, llegó el turno de María Concepción L.P., la madre de ésta, que compareció en calidad de testigo. "Yo sospeché las últimas semanas que podía estar embarazada, pero es que a ella le venía la regla: no sé si le pasaba algo en el vientre o qué era", declaró. "La poca barriga que tenía era de dos o tres meses", especificó. "Le venía la regla, le vino, yo vi las compresas en el aseo, es muy despistada con eso. El embarazo lo tenía casi descartado". También comentó que no la llevó antes al médico porque estaba esperando a que terminase los exámenes. "Es que no tenía molestias, ella no se quejaba de nada. Que yo pensé, yo no se lo dije a ella que la iba a llevar".

El abuelo cogió las toallas donde iba la bebé y luego se fue a sellar el paro, relata su esposa

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La fiscal puso de manifiesto que la madre se estaba contradiciendo respecto a lo que en su momento manifestó ante la Policía Nacional, y ratificó en el juzgado.

Sobre el día de los hechos, María Concepción L.P. aseguró que ella no vio al bebé, "porque yo pensaba que eran restos, algo desagradable de ver. Si hubiera sabido que era un bebé, otra cosa habría pasado. Para mí, ella había abortado de dos o tres meses, no me imaginaba yo un bebé ahí".

"Vi a mi hija con las piernas llenas de sangre y pensé que se había cortado las venas. Le dije: '¿Qué has hecho, es que ha sido un aborto?' Y me hizo así con la vista (asintió), mirando lo que había expulsado. Estaba tapado con una toalla", continuó la mujer. Que ahí había un bebé "nos enteramos a posteriori". "Había toallas debajo y toallas encima", admitió. Si llega a saber que había un bebé ahí, habría llamado "al 112, a ver si podían hacer algo".

No destapó a la niña "porque somos muy aprensivos mi marido y yo" y pensaban que había "restos del aborto". "Pensábamos mi marido y yo bajarla al hospital, pensando que era un aborto de poco tiempo". Negó haber visto la placenta, las tijeras o el cordón. Dijo que su esposo cogió todas las toallas y a la niña. Su hija, según María Concepción, estaba en shock y no hablaba. Entonces "mi marido se fue a la oficina del paro, que tenía una citación y, si no se presentaba, le quitaban la prestación".

"¿En algún momento se le dio asistencia al bebé?", preguntó la fiscal. "No, porque no sabíamos que era un bebé", apuntó la abuela de la recién nacida fallecida.

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