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El fiscal pide tres años para el marido de Catalina Soler por arrollar a dos bañistas

La defensa del procesado pidió su absolución

El acusado de causar las graves lesiones a los bañistas, ayer, durante el juicio.

El fiscal pidió ayer una pena de tres años de prisión para el marido de la exsenadora y exalcaldesa de Felanitx Catalina Soler al considerar que incurrió en una «imprudencia grave» cuando navegaba por es Trenc en una zona próxima a varios barcos fondeados. Dos turistas alemanes de 20 y 26 años sufrieron amputaciones traumáticas con la hélica. Uno de un brazo y el otro de una pierna. También reclamó para las víctimas una indemnización de dos millones de euros.

Por su parte, el abogado del procesado reclamó la absolución del procesado. El letrado apreció que el comportamiento de las dos víctimas también pudo ser imprudente, al utilizar un hidropropulsor y no señalizar su presencia en el mar.

Los hechos que se han enjuiciado desde el pasado miércoles en el Juzgado de lo Penal número cuatro de Palma tuvieron lugar sobre las siete y media de la tarde del 27 de julio de 2018 en la playa de es Trenc. El acusado Miguel Ángel R.B. iba a los mandos de una lancha. Junto a él iba la exsenadora y exalcaldesa de Felanitx Catalina Soler y su hijo.

El encausado navegaba en ese punto a una velocidad de unos veinte nudos, según el mismo reconoció durante la vista celebrada estos días en los Juzgados de Vía Alemania. Esta fue considerada «excesiva» tanto por el representante del ministerio público como por los peritos que comparecieron en la sala en sesiones anteriores.

En sus informes, el fiscal destacó que varios testigos indicaron que la lancha «tenía el morro levantado». Esta circunstancia subrayó que supondría que navegaba en ese punto a una velocidad «superior a 15 nudos». Sin embargó consideró que la proximidad de diversas embarcaciones, seis de ellas de más de 24 metros y otras muchas de menor eslora, con la posibilidad de que hubieran muchos bañistas en el mar, hacían aconsejable que surcara las aguas «a unos tres nudos».

El representante del ministerio público también calificó de «imprudente» la proximidad con la que la lancha que patroneaba el procesado pasó del velero donde se encontraban los allegados de estos bañistas alemanes. Esta la situó «a unos veinte metros de distancia de la popa».

Los jóvenes turistas alemanes de 20 y 26 años se encontraban en un hidropropulsor seabob. La lancha alcanzó a esta turbina por la parte trasera. «Esto indicó que estaban en la superficie», precisó.

Asimismo, el fiscal puntualizó que la velocidad a la que navegaba la lancha hizo que la hélice se situara en una posición más elevada. «A unos 25 centímetros de la superficie», indicó. Así recogió la valoración de dos peritos en sesiones anteriores del juicio. «Fue una clara imprudencia del acusado» insistió. Por el contrario, el ministerio público consideró que «no consta negligencia de los acusados».

«Nunca los pude ver»

En términos muy similares se pronunció el abogado de la acusación particular, el letrado Jaime Tomàs-Verdera, que ejercía la representación legal de las dos víctimas del accidente náutico. «Pasó tan cerca de la popa del velero que el casco evitó que las personas que estaban en la proa lo pudieran ver», indicó. También abundó que el llamativo color del Seabob «equivale a una boya».

Por su parte, el abogado defensor Josep Zaforteza pidió la absolución de su cliente y calificó de «uso indebido» la utilización del propulsor por parte de los dos bañistas alemanes que sufrieron las graves lesiones. Al ejercer su derecho a la última palabra, el acusado insistió ante la Sala en que «nunca los pude ver».

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