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Crimen

"No tiene por qué pedir perdón", responde la familia de Erika a la madre de Igor Postolache

El presunto asesino de la niña asturiana de 14 años es trasladado a prisión tras permanecer varios días ingresado en el HUCA

Capilla ardiente por la joven asesinada en Oviedo.

La madre no tiene la culpa de lo que haga su hijo, no tiene por qué pedir perdón”. La familia de Erika, la niña de 14 años asesinada tras recibir varias heridas de arma blanca en el rellano del primer piso del número 69 de la calle Vázquez de Mella el pasado día 5 de este mes, continúa recluida. Están muy unida y gestionando su dolor, pero ayer respondieron a través de su abogado a la petición de perdón de la madre de Igor Postolache, el único sospechoso de su asesinato, liberándola de toda responsabilidad por lo ocurrido.

La progenitora del moldavo de 32 años, que este martes fue trasladado a prisión tras permanecer varios días ingresado en el HUCA, solicitó este lunes el perdón de la familia de Erika a través de un comunicado emitido por su letrado, Pedro Gutiérrez Gómez. “Hasta ahora no he tenido fuerzas para pediros perdón porque ni yo misma me lo perdono”, trasladó la mujer afincada en Trubia desde hace 15 años, ofreciéndose a mantener un encuentro “en la intimidad” con los padres de la niña supuestamente asesinada y solicitar su compasión “personalmente”.

Ante este ofrecimiento, los allegados de Erika responden pidiendo tiempo para cerrar las heridas tras “unos hechos muy duros”, aunque el letrado de la familia no descarta más adelante un encuentro, eso sí, fuera del foco mediático. “No quieren que todo se convierta en un circo”, apunta en referencia al interés que ha despertado en la opinión pública el fatal suceso que conmocionó a Vallobín y Oviedo entero hace apenas una semana.

Mientras los padres y los hermanos de la joven se aferran a la fe y su unidad para superar estos duros momentos, la madre de Postolache trata de alejarse de sus rutinas. Según indica su letrado, la mujer está viviendo temporalmente en casa de unos amigos ante “el miedo a posibles represalias” por los hechos imputados a sus hijos y a día de hoy todavía no ha querido ni siquiera hablar con él.

El entorno del sospechoso admite que Igor era “un poco raro”, pero a pesar de contar con antecedentes de acoso a chicas nunca llegó a someterse a tratamiento psiquiátrico y psicológico y su rutina diaria era “relativamente normal”. Gutiérrez Gómez, que no descarta asumir la defensa del acusado a pesar de no ser penalista, asegura que la llegada a Vázquez de Mella del detenido se produjo el pasado día 22 de marzo, es decir, quince días antes del suceso y no tres semanas como se llegó a decir inicialmente. “Era un recién llegado y no conocía a nadie allí”, puntualiza el abogado.

Los representantes de ambas partes confían en que la instrucción del caso sea rápida, aunque desconocen detalle alguno de la investigación. “Hay voluntad de no ahondar en el dolor de la familia y evitar el espectáculo”, indican fuentes cercanas al caso que está llevando el juzgado de instrucción número 2 de Oviedo.

Gutiérrez Gómez se trasladó en la mañana de ayer al juzgado para solicitar una reunión con Igor Postolache con el fin de tratar de conocer su visión sobre lo ocurrido hace una semana, pero solo obtuvo como respuesta que “de momento” no es posible.

Por parte de la familia de Erika, su letrado se limita a asegurar que ahora necesitan tiempo para “asumir el duelo” y por ello reclaman tranquilidad y quedarse fuera de todos los focos mediáticos. Le herida abierta por la pérdida de su pequeña es muy grande y su cicatrización, apuntan, va para largo.

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