Agentes de la Policía Nacional y la Policía Local de Palma, que realizaban un control conjunto en el puerto de Palma, intervinieron ayer por la mañana un alijo de 6,5 kilos de cocaína ocultos en un doble fondo en el interior de una furgoneta que acababa de desembarcar de un ferry procedente de Valencia. Todos los indicios apuntan a que se trata de un envío destinado a abastecer a clanes de narcotraficantes de Son Banya. En la misma operación los agentes se incautaron de 1,5 kilos de hachís y 3.400 pastillas de éxtasis.

La captura de la droga se produjo en el transcurso de uno de los controles que la Policía realiza habitualmente entre los vehículos que llegan al puerto de Palma en los barcos procedentes de la península.

En uno de estos controles, sobre las siete de la mañana de ayer, los agentes de la Policía Nacional y la Policía Local interceptaron una furgoneta Iveco Daily que acababa de desembarcar del ferry de Valencia.

El conductor del vehículo se mostró muy nervioso ante la presencia de los agentes, lo que despertó sus sospechas. En el interior de la furgoneta, de gran tamaño, había diferentes enseres, como muebles, bicicletas y dos neveras.

Uno de los perros del Grupo de Guías Caninos de la Policía Nacional, que participaba en el control, detectó la presencia de droga en el interior del vehículo, por lo que los agentes realizaron un registro minucioso en su interior. En una de las neveras descubrieron un doble fondo que contenía varios paquetes de droga.

Los policías comprobaron que se trataba de ocho paquetes. En total había 6,5 kilos de cocaína y un kilo más de hachís.

El conductor del vehículo, un ciudadano español de origen argentino, fue arrestado por un delito contra la salud pública.

El caso pasó a manos del Grupo II de Estupefacientes de la Policía Nacional, que abrió una investigación para determinar las posibles relaciones del alijo con alguno de los clanes de narcotraficantes de la isla.

Los agentes averiguaron que el detenido residía en una vivienda del Polígono de Levante, en Palma, y solicitaron una orden judicial de entrada y registro.

Durante la inspección realizada en el domicilio durante la mañana de ayer encontraron un gran alijo de éxtasis, formado por 3.400 pastillas, y medio kilo más de hachís, así como varias decenas de papelinas de cocaína dispuestas para su venta.

Los investigadores sospechan que la droga intervenida estaba destinada a abastecer a los clanes que controlan el tráfico de droga en el poblado de Son Banya.

La cocaína intervenida en la operación tendría un valor en el mercado negro de unos 200.000 euros, si bien esta cifra se podría multiplicar una vez adulterada y distribuida en dosis para su venta a los consumidores.

La captura de la droga puede provocar serios problemas de abastecimiento a los clanes de narcotraficantes del poblado.