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Daños

Una 'rave' ilegal en Valencia acaba con la muerte de varias cabras

Los ganaderos rescatan a cinco ejemplares despeñados tras huir de la presencia de perros peligrosos sueltos

Los asistentes a una fiesta rave invaden un espacio forestal. L-EMV

Llegaron el viernes a La Muela de Bicorp, un paraje de montaña de Valencia a bordo de una legión de autocaravanas, estacionaron en una explanada rústica ubicada a 900 metros de altitud y se pasaron tres días de fiesta, con la música a todo volumen, en el epicentro de una zona forestal de alto valor paisajístico y medioambiental. La celebración de una 'rave' ilegal con alrededor de un centenar de participantes llegados de diferentes puntos de la geografía española, de Francia y de otros países quebró el pasado fin de semana el apacible clima de armonía que se respira en el lugar y soliviantó a los ganaderos y a los vecinos de la zona.

Poco pudieron hacer las autoridades para evitar que la marabunta de jóvenes con ganas de desfase tomaran el enclave. A última hora del viernes, dos patrullas del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) se posicionaron en un paso estrecho a la entrada de la parcela para impedir la llegada de más asistentes, evitar desórdenes y controlar los movimientos de quienes ya estaban allí acampados.

Los agentes fueron turnándose durante todo el fin de semana para mantener la custodia del perímetro las 24 horas del día. La música electrónica no cesó hasta la mañana de este lunes, cuando los 'raveros' comenzaron a abandonar el paraje. Eso sí, sin demasiada prisa. Por la tarde todavía había numerosas furgonetas y camionetas aparcadas en el lugar. Las patrullas se mantuvieron por la noche.

Según ha podido saber Levante-EMV, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico, diversos participantes fueron identificados y sancionados, tanto en aplicación de la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana por tenencia y consumo de drogas, como por el incumplimiento de la Ley de Montes, que impide acampar y estacionar en la zona. A estas consecuencias del festival, cuya convocatoria se difundió por diferentes canales sociales, cabe añadir otros daños colaterales que han afectado a los rebaños de animales domésticos que pueblan el paraje como consecuencia de la presencia de perros de razas peligrosas que los asistentes dejaron sueltos por las inmediaciones. Los ganaderos atribuyen a estos la aparición de al menos dos cabras muertas de dos rebaños diferentes que pastorean por el término de Bicorp.

Otras cinco cabras se despeñaron por un barranco y cayeron al fondo de una sima tras huir asustadas de los perros. Los citados ejemplares tuvieron que ser rescatados con cuerdas por tres ganaderos de Ayora y Bicorp. "Por suerte estaban bien. Podrían haberse roto las patas" explica Pepe Serra, vinculado a un proyecto de ganadería en la zona. Su misión ahora, junto a otros pastores, es la de recuperar una gran cantidad de cabras dispersas por el monte que huyeron en estampida porque "había muchos perros sueltos". "Habrá que ir reagrupándolas al rebaño, cuando se les pase el susto»", señala Serra, que advierte de que seguramente serán más las cabras que han perdido la vida, puesto que en el monte "es muy difícil localizarlas" debido a la cantidad de vegetación existente.

"Era como estar en una discoteca"

La 'rave' se celebró en una explanada ubicada en el límite entre Bicorp y Ayora, cerca de del Río Fraile, en una partida llamada 'El Calderón', a casi 900 metros de altura, con el Barranco del Mátalo a la derecha y la panorámica del pico del Caroig al norte, en el paraje de la Muela. Serra asegura que en su explotación ganadera, que se encuentra a un kilómetro de distancia en línea recta del lugar de la fiesta ilegal, "se escuchaba la música como si estuviéramos dentro de una discoteca". "Tenían un equipo de sonido muy potente", agrega el granjero. Fuentes municipales lamentan la impotencia de no poder actuar ante este tipo de eventos en plena sierra.

Hace siete años, las autoridades ya tuvieron que lidiar con las decenas de personas que participaron en una acampada ilegal en terreno forestal en plena época de riesgo alto de incendios. Aquella convocatoria estaba vinculada al colectivo 'hippie' Familia Arcoiris, una rama naturista de la comunidad Family Rainbow, nacida en Estados Unidos. Entre los asistentes a la 'rave' de este fin de semana había una nutrida representación de franceses, junto a diferentes jóvenes llegados de puntos diversos de la geografía española como Murcia, Almería o Alicante.

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