Tres jóvenes turistas aceptaron ayer sendas condenas de un año y medio de cárcel por gastar más de 13.000 euros en hoteles de Mallorca utilizando tarjetas de crédito clonadas. Los sospechosos -un alemán, un inglés y un irlandés- reconocieron los hechos durante la vista celebrada ayer en la Audiencia Provincial de Palma. Todos se declararon autores de delitos de estafa tras el acuerdo alcanzado entre sus abogados y la fiscalía, que reclamaba inicialmente más de ocho años de prisión para cada uno de ellos. Otro implicado en el fraude, considerado el autor de las clonaciones, está en busca y captura y declarado en rebeldía tras no presentarse a las citaciones judiciales durante la instrucción del caso.

Los hechos ocurrieron en el verano de 2018, cuando los cuatro acusados vinieron de vacaciones a la isla junto a un menor de edad. Entre el 11 y el 14 de julio permanecieron alojados en cuatro habitaciones de un hotel de lujo de Llucmajor. La factura ascendió a 12.130 euros, incluidos casi 2.000 euros en consumiciones, y la pagaron con una tarjeta de crédito a nombre de una empresa que habían clonado de manera fraudulenta para obtener un beneficio económico. La entidad bancaria echó para atrás el pago y el establecimiento hotelero se quedó sin cobrar.

Los turistas también reservaron una estancia en otro hotel de Magaluf (Calvià) para los días posteriores, cuyo coste fue de 1.081 euros. Para evitar que se fueran sin pagar, desde el establecimiento alertaron a la Guardia Civil. Los agentes encontraron entre sus pertenencias, cuando estaban a punto de marcharse, un dispositivo para clonar tarjetas de crédito, un ordenador portátil y dinero en efectivo. Los cuatro jóvenes fueron detenidos y estuvieron varios días en prisión preventiva por orden judicial.

Tras el cierre de la instrucción del caso, la fiscalía reclamó para los acusados sendas penas de ocho años y tres meses de prisión por delitos de estafa y tenencia de útiles para la falsificación de tarjetas de crédito. Tres de los procesados comparecieron ayer en la Audiencia de Palma, uno en persona y los otros dos, a través de videoconferencia desde el extranjero. 

Los abogados defensores y el fiscal habían cerrado ya un acuerdo de conformidad que rebajó notablemente las penas, por lo que los tres procesados reconocieron los hechos ante el tribunal de la sección segunda.

El pacto descarga la responsabilidad de la clonación de las tarjetas de crédito en el joven que está fugado y limita la implicación del resto en la simple utilización de las tarjetas en beneficio propio. Además, aprecia una atenuante muy cualificada de reparación del daño, ya que tras su arresto devolvieron todo el dinero estafado a los hoteles. Así, los tres jóvenes fueron condenados a un año y medio de cárcel cada uno, pena que queda suspendida por un plazo de tres años a condición de que no vuelvan a delinquir, como acordaron las partes.

Mantiene la pena al fugitivo

El ministerio público, que modificó su escrito de conclusiones provisionales tras el pacto con las defensas, mantiene la petición de ocho años y tres meses de prisión para el joven que está en rebeldía. El fiscal precisó durante la vista que fue él quien se encargó de copiar las tarjetas de crédito para abonar las vacaciones en Mallorca y que sus acompañantes solo las utilizaron para pagar los gastos. Sobre este sospechoso pesa una orden de busca y captura dictada por el juzgado de instrucción de Palma que se encargó de investigar el caso.