Tres de los 25 acusados negaron ayer en el macrojuicio cualquier relación con el tráfico de drogas. Estos procesados, que solo contestaron a sus abogados, ofrecieron diversas explicaron sobre las drogas y el dinero que la Guardia Civil halló en sus domicilios. «Los 850 euros que encontraron eran para comprar un cochecito de bebé. Yo iba a Son Banya a ver mi familia, no a vender drogas ni a controlar un punto de venta», explicó uno de los acusados.

Otro, al que decomisaron 2.000 euros en su vivienda del poblado aseguró que los había ganado en una tragaperras. «El dinero lo guardo en casa porque no lo quiero meter en el banco, debemos algunas cositas y nos lo quitan», señaló. El tercero declaró que vivía como okupa en un domicilio vinculado a uno de los clanes investigados, pero dijo no conocer a los dueños y rechazó haber vendido drogas allí.

En la sesión de ayer comparecieron otros diez procesados. Todos se negaron también a contestar cualquier pregunta de la fiscal. Algunos sí respondieron a sus letrados para explicar que cuando ocurrieron los hechos eran consumidores de drogas y asegurar que no tenían en aquella época ninguna cuenta corriente bancaria, tratando de justificar así que tuvieran importantes cantidades de dinero en sus domicilios.

Entre hoy y mañana serán interrogados otros doce sospechosos. En las sesiones posteriores comparecerán una treintena de guardias civiles.