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Crimen

Condenado a prisión permanente por asesinar a su madre en Alicante

La Audiencia le impone otra pena de 14 años por intentar matar a su padre y acuerda que pague indemnizaciones por valor de 330.000 euros

El condenado por matar a su madre en San Vicente, al llegar a la Audiencia de Alicante.

La Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a prisión permanente revisable al hombre de 32 años que mató a su madre en San Vicente del Raspeig al asestarle 69 puñaladas el 4 de junio de 2020. Además le imponen una segunda pena de 14 años de cárcel por intentar asesinar a su padre, al que propinó tres puñaladas en el cuello. Así figura en la sentencia dictada por la magistrada María Dolores Ojeda de acuerdo al veredicto de culpabilidad emitido a mediados de diciembre por un jurado popular.

El acusado ha sido condenado también a pagar indemnizaciones por valor de 330.000 euros a su padre, a su hermana y a una tía, que es hermana de la fallecida, de 67 años.

Según la sentencia, el acusado Jorge Melchor S.M. es autor de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, con la agravante de parentesco y en el que se aplica la circunstancia de especial vulnerabilidad de la víctima, de ahí que se le haya impuesto la pena de prisión permanente revisable por matar a su madre. Esta es la pena que solicitó desde un principio la abogada de la acusación particular, Carolina Maestre Gras. La Fiscalía también modificó sus conclusiones y solicitó la misma pena tras apreciar el jurado la vulnerabilidad de la víctima.

Además de la prisión permanente y las indemnizaciones, el fallo acuerda imponerle 14 años de prisión por el apuñalamiento del padre al considerarlo autor de un delito de asesinato con alevosía en grado de tentativa. La Audiencia acuerda asimismo la prohibición para el condenado de acercarse o comunicarse con su padre y su hermana durante 19 años.

El abogado defensor, José Manuel Ortigosa Lora, tiene previsto recurrir la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.

Un minuto y medio

Los hechos declarados probados en la sentencia ocurrieron sobre las 22.30 horas del 4 de junio de 2020 en un domicilio de San Vicente del Raspeig, donde vivía el acusado con sus padres. El ahora condenado estaba solo en la casa con su madre cuando cogió dos cuchillos de grandes dimensiones y se dirigió hacia ella con ánimo de acabar con su vida. La madre estaba viendo la televisión cuando su hijo comenzó a apuñalarla por todo el cuerpo. Le asestó 69 puñaladas y le causó la muerte en apenas un minuto y medio, según calcularon los forenses.

La agresión, según la sentencia, se llevó a cabo de forma sorpresiva y aprovechando el acusado su mayor fuerza física y que estaba a solas con su madre. Señala el fallo también que el acusado "aumentó de forma deliberada, innecesaria e inhumana el sufrimiento de la víctima", que era una persona especialmente vulnerable.

Tras asesinar a su madre, esperó la llegada del padre y le atacó por la espalda en el garaje, cuando iba a guardar las llaves del coche. Le asestó tres puñaladas en el cuello y huyó a Alicante, donde fue detenido por la Policía.

El fallo indica que el acusado tiene un trastorno disocial de la personalidad y baja capacidad intelectual y que es consumidor de sustancias tóxicas, como cannabis, cocaína y alcohol. Sin embargo, el día de los hechos no tenía «afectadas sus facultades para comprender el alcance de sus acciones y actuar conforme a dicha comprensión».

Por ello, no se le puede aplicar ninguna atenuante o eximente completa o incompleta por este motivo. El jurado consideró que pese a existir informes contradictorios sobre el estado mental del acusado, "el día de los hechos era plenamente consciente de sus actos". Prueba de ello, para el jurado, es que escondió el cuchillo cuando se acercó una vecina, circuló correctamente en su coche y el informe médico del hospital no refleja que estuviera ebrio ni afectado por el consumo de drogas.

De los informes periciales valorados en el juicio, el jurado popular se decantó por el elaborado por una psiquiatra del Hospital Penitenciario de Fontcalent, que realizó un seguimiento prolongado del acusado y concluyó que no padece ninguna enfermedad mental y tiene "indemnes sus facultades intelectivas y volitivas".

La apreciación por parte del jurado de la especial vulnerabilidad de la víctima, una cuestión «controvertida y dudosa» en opinión de la magistrada, se fundamenta no por la edad de la fallecida -67 años-, sino por su «situación psíquica». En concreto, el jurado resalta la declaración como testigo de la masajista de la víctima y del acusado, la cual aseguró haber visto moratones en los brazos de la mujer y dijo que le confesó que temía por su vida y que su hijo la zarandeaba y empujaba.

Esta versión se corrobora, según el veredicto, con las declaraciones de la hija y del yerno de la víctima, que sospechaban de una situación de maltrato y observaron "un deterioro físico y psíquico" en la madre.

Indica la magistrada que el jurado estima que la situación anímica creada por el acusado en su progenitora, «la hace susceptible de ser considerada especialmente vulnerable y así ha de recogerse necesariamente en esta sentencia, con las consecuencias penales a que ello da lugar», que no son otras que la prisión permanente revisable.

La defensa del acusado solicitó que se aplicara la atenuante de confesión, ya que reconoció los hechos y alegó que los había cometido porque había "oído voces".

Sin embargo, el jurado no consideró acreditada esta confesión porque los policías que le detuvieron declararon que el acusado solo les dijo que había tenido una pelea y que no estaba muy hablador, sin hacer referencia alguna a las supuestas voces que le ordenaron matar a su madre.

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