El mercado inmobiliario de lujo en la isla, frecuentado mayoritariamente por extranjeros, se ha ido recalentando desde hace más de un año. Ahora se ha producido un primer gran estallido: El 8 de diciembre, un conocido agente inmobiliario de la isla fue detenido en Alemania, acusado de "varios casos de fraude" por la fiscalía de Stuttgart por un monto que podría superar los diez millones de euros. Entre las presuntas víctimas conocidas hasta ahora se encuentran una pareja extranjera que quería comprar una propiedad en Mallorca desde Hong Kong, tres empresarios alemanes y un antiguo estafador alemán. Es probable que haya bastantes más.
Las descripciones de las prácticas comerciales del agente inmobiliario, que junto con su esposa mantenía oficinas en Puerto Portals y Port d'Andratx, coinciden en gran medida. El hombre de 37 años llevaba un lujoso estilo de vida, era un buen vendedor y ofrecía las propiedades a un precio muy ventajoso. Entusiasmados, los clientes transferían las señaless y arras habituales para asegurar la compra. A partir de allí, sin embargo, comenzaban los problemas. Según los agraviados, las citas con el notario se posponían repetidamente y se presentaban documentos presuntamente falsificados. La mayoría de las veces resultaba que las propiedades o no estaban a la venta o los propietarios no habían autorizado la transacción.
Cuando los clientes exigían al agente inmobiliario que les devolviera el dinero, este siempre se inventaba nuevas excusas. Si los clientes aumentaban la presión, por ejemplo amenazando con una denuncia, el agente aceptaba devolver el dinero a plazos, algo con lo que luego, a menudo, no cumplía. En un caso, la disputa llegó hasta el extremo de que el cliente llegó a agredirle para obligarle a entregar el dinero. En otro caso, el corredor supuestamente llegó a ceder su yate a los acreedores.
Los clientes que se vieron privados de sus depósitos presentaron denuncias contra el corredor y su esposa tanto en Alemania como en España. Finalmente fue detenido en Alemania, donde se encuentra en prisión preventiva en la cárcel de Stammheim y donde las acusaciones también podrían aclararse en los tribunales, aunque los presuntos delitos se cometieran en Mallorca.
Una portavoz de la fiscalía de Stuttgart confirmó que el hombre de 37 años estaba siendo investigado porque "presuntamente aceptó adelantos del precio de compra de inmuebles supuestamente en venta en Mallorca sin procurar la propiedad del inmueble a los perjudicados y utilizó los pagos para otros fines".
El acusado y su mujer sólo llevaban activos en el mercado inmobiliario mallorquín desde septiembre de 2019, pero ya habían alcanzado gran notoriedad gracias a masivas campañas de publicidad. Las primeras transacciones se realizaron sin problemas. Uno de los empresarios presuntamente agraviados le compró una casa, que aún hoy posee, y se sintió tan bien y profesionalmente atendido por el agente inmobiliario que quiso comprarle tres propiedades más con su empresa y dos socios comerciales.
Rápidamente se le ofrecieron las propiedades adecuadas, que iban a costar entre tres y cuatro millones de euros cada una, un "precio extremadamente atractivo" para lo que se ofrecía, según el empresario, que junto a sus socios ha renunciado a esperar la devolución de un total de 2,2 millones de euros pagados por adelantado. "Ya no creo que vaya a recuperar nada", dice.
¿Acaso el agente inmobiliario se encontró en dificultades financieras y ante la imposibilidad de poder cumplir con obligaciones comerciales y financiar su lujoso estilo de vida echó mano de los adelantos para pagarlos y luego tuvo que seguir recogiendo nuevos depósitos para apaciguar a otros clientes y cubrir otros agujeros?
¿O fue un fraude a gran escala desde el principio, con más involucrados entre bambalinas? Las investigaciones en curso y los próximos procesos judiciales deberán aclarar estas cuestiones. Un aspecto decisivo probablemente será dilucidar a dónde ha ido a parar el dinero. La suma presuntamente estafada se situaría en más de 10 millones de euros, con posibilidad incluso de que sea bastante más.
Y habrá que aclarar otra cuestión: ¿Quién más en la isla conocía de estas prácticas comerciales, quién estaba directa o indirectamente involucrado? Además de los agentes inmobiliarios y sus empleados, en la venta de inmuebles intervienen abogados, notarios y peritos. Donde se rompe un cristal, más vale ponerse a salvo de las esquirlas, musita un abogado consultado por este diario, aliviado de estar al margen de las investigaciones.
Un agente inmobiliario de larga trayectoria afirma haber advertido hace tiempos al Colegio de Notarios sobre este agente inmobiliario en una comunicación privada. Otras empresas inmobiliarias de renombre también se distancian de la presunta estafa. "Malversar el depósito de un cliente de buena fe es una de las peores cosas que se pueden hacer en nuestro sector", afirma Hans Lenz, director general de Engel & Völkers Southwest y presidente de la asociación de agentes inmobiliarios ABINI, de la que el detenido no era miembro. Si las acusaciones resultasen ciertas, han de dar lugar a una dura sanción, dice Lenz que por lo demás se ve confirmado en el proyecto de regulación del sector de las agencias inmobiliarias impulsado junto al Govern.
Uno de los damnificados es él mismo un convicto estafador reconvertido en empresario. En un video que circula en las redes sociales afirma haber propuesto a la esposa del detenido quedarse con la empresa a cambio de condonarle las deudas. Las dos oficinas que tenía la agencia en Portals y Port d'Andratx están cerradas. Y al menos uno de sus empleados se siente traicionado por su jefe. Ahora es él quien recibe a diario llamadas de personas que quieren que se les devuelvan sus depósitos, dice.
