Un joven aceptó ayer una condena de siete años de prisión por violar a una adolescente ebria en un coche en Palma. El procesado, de 28 años, forzó a la víctima a mantener relaciones sexuales pese a la activa resistencia de la menor, de 16 años y que sufrió lesiones en el forcejeo. El procesado se declaró autor de un delito de agresión sexual y dijo estar «muy arrepentido» durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del 25 de enero de 2015. El acusado y la adolescente habían estado en una discoteca del polígono de Son Rossinyol y la chica estaba ebria. El joven se ofreció a llevarla en coche hasta la calle Manacor para ver si su padre estaba allí. Durante el trayecto, se desvió hasta una zona apartada y, tras forcejear con ella, la penetró. La víctima opuso una gran resistencia y llegó a morder al acusado cuando él le tapaba la boca para que no gritara. Finalmente, la adolescente consiguió salir del vehículo y escapó.

El procesado fue detenido ese mismo día y quedó en libertad, tras lo que se fugó a Sudamérica. Fue localizado de nuevo en abril de 2019 y desde entonces permanece en prisión por orden judicial. La fiscalía le imputó un delito de agresión sexual y otro de lesiones y reclamó para él una condena de 15 años de prisión y 900 de euros de multa.

Las partes alcanzaron ayer un acuerdo de conformidad y la pena quedó rebajada. La fiscal y los abogados de la defensa y la acusación particular, Miquel Àngel Ordinas y Pau Cruelles, pactaron una condena de siete años de cárcel que el procesado aceptó. Deberá indemnizar a la víctima con 18.000 euros. «Me declaro culpable de todos los cargos. Estoy muy arrepentido», declaró el acusado, que compareció a través de videoconferencia.