Inmovilizado en una silla en el interior de un cuarto cerrado con llave y en una vivienda de la que no sabía ni su localización. Allí, un vecino de Zaragoza de 47 años recibió una brutal paliza por parte de un joven que le exigió el pago de una deuda de un tercero. Malherido consiguió salir de allí tres días después y acudir al hospital Clínico, donde pidió a los vigilantes de seguridad que avisaran a la Policía Nacional. El sospechoso, A. C. M., treinteañero y de origen español, pudo ser detenido.

El primer encontronazo tuvo lugar, según pudo saber EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, a principio de noviembre cuando el ahora arrestado se personó en su casa. Nada más abrir la puerta le dio un fuerte empujón, accediendo al interior del domicilio. Una vez dentro le propinó varios puñetazos hasta que llegó a romperle el labio. Todo ello mientras le emplazaba a que el 25 de noviembre le pagara 300 euros que le debía un amigo de la víctima. Como creía que no le iba a pagar, le exigía que asumiera la deuda él.

Llegó el día y al entrar a su piso vio que había un papel en el marco de la puerta en el que ponía:«A las 18.00 horas donde habíamos quedado», siendo este lugar la esquina de Fray Juan Regla con Andrés Vicente, en el zaragozano barrio de Delicias.

Dos horas antes de la cita, cuando la víctima se encontraba tomando un café en un bar, se presentó A. C. M., recibiendo 300 euros en ese momento. La deuda había quedado saldada. O eso creía el denunciante.

A la tarde siguiente, el arrestado volvió a su casa. Llamó y al abrir, según su versión, A. C. M. se abalanzó sobre él, dándole puñetazos y patadas hasta que cayó al suelo, continuando con numerosos golpes. Mientras le dijo que la casa en la que vivía le gustaba, que se la quería quedar y que buscara una habitación en otro sitio y se fuera. En paralelo le sacó de la misma agarrándole del cuello, le robó las llaves y agachándole la cabeza, mientras le daba unos puñetazos, le llevó a un domicilio que la víctima no pudo situar ante el Grupo de Atracos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón ante el que declaró.

Ya dentro de dicho emplazamiento, cerrando la estancia con llave, comenzó a recibir golpes, insultos y amenazas. Le dijo que le iba a meter cuatro puñaladas si se escapaba o denunciaba. Incluso le dijo que le mandaría gente para matarle a la vez que le golpeaba. «Cobras una paga de 410 euros y el día 10 de diciembre me la tienes que dar», le dijo.

Durante dos días fue agredido mientras permanecía retenido en contra de su voluntad. Al tercero consiguió salir de allí, aprovechando que su secuestrador estaba dormido. Aunque acabó en el hospital, en un primer momento no quiso ir a allí. Prefirió irse a casa, curarse y sacar a su perro. Fue cuando regresaba a su domicilio y vio a A. C. M., presuntamente, golpeando la puerta de su casa cuando decidió salir corriendo e ir al centro hospitalario donde pidió ayuda.

El sospechoso fue detenido y enviado al Juzgado de Instrucción número 2 de Zaragoza, cuya magistrada acordó la prisión provisional. Asistido por su abogada Olga Oseira negó los hechos, pero había un antecedente similar que pesó más que su versión:en septiembre de este año fue detenido junto a dos más por secuestrar y torturar hasta arrancarle un diente a un chico por una deuda.