Una niña que acusa al marido de su tía abuela de abusarla sexualmente le contó lo que sucedía a la mujer del acusado para que ella lo parase. La menor dio un grito de auxilio a su familiar durante el 2018 para que ella la ayudase a detenerlo, lo que sirvió como detonante para que se denunciaran los hechos.

La víctima tenía siete años cuando le dijo a su tía abuela "hay que pararlo", para acto seguido narrar una serie de episodios en los que el acusado le daba besos en la boca, la tocaba e incluso le obligó a hacerle una felación. Por su corta edad, la pequeña no supo precisar durante cuánto tiempo estuvieron ocurriendo estos abusos pero sí relató alguno de ellos. Durante el juicio celebrado este miércoles en contra del investigado, se escuchó el testimonio de la niña mediante la prueba preconstituida y en el que apunta un episodio donde acompañó al procesado a pasear al perro a un parque y estando ahí este se sacó el pene, la sentó en sus piernas y la besó en la boca. En otra ocasión, explicó la menor, el acusado le introdujo un dedo en su zona íntima tras bajarle el pijama. También indicó que el investigado le pidió que le hiciera una felación pero ella no quería, sin embargo, este la cogió por la cintura para acercarla a él y llegó a introducir su pene en la boca de la pequeña, algo que sentenció, le dio ganas de vomitar, además, eyaculaba delante de ella. "Me daba asco que me besara", matizó la pequeña, al tiempo que lamentó que su abuela (esposa del procesado) no le creyese. 

La perito, por su parte, dio credibilidad al testimonio de la víctima ya que ella detallaba los episodios de tal manera que sólo pudo haberlos vivido o presenciado. "Es un relato verosímil y creíble", dijo con contundencia la especialista.

El acusado negó rotundamente los hechos, pero añadió que la menor lo llegó a ver desnudo en una ocasión y que también ella le besó. Su mujer, matizó que le cree porque "él tiene otros sobrinos y nunca ha pasado esto. En mi casa se crio la madre de la niña y no le pasó nada", apuntó. Fue el hijo del acusado quien avisó a la mamá de la víctima sobre lo que estaba sucediendo y es que vio un vídeo grabado por su progenitora y esposa del procesado en el que la menor relata los hechos. 

La madre de la víctima dijo entre sollozos que la pequeña compartía tiempo con su tía abuela y el acusado porque viven todos en un mismo edificio y como ella vivió por una temporada con dicha pareja, confiaba en ellos. "La niña empezó a tener actitudes extrañas como no dejarme verla cuando se bañaba", lamentó, a la vez que señaló que la menor tuvo una regresión que le ocasionó problemas de esfínteres desde 2017. Extremos que fueron avalados por la psicóloga que la trató como parte de las "secuelas" que sufre, por lo que desde ese momento pudieron iniciar los abusos, destacó la madre. También apostilló que la menor no ve televisión sin supervisión y tanto la progenitora como el padre (que están separados) tienen un acuerdo de no tener relaciones sexuales cuando la niña esté en casa de alguno de ellos.

La Fiscalía y la acusación particular piden una condena de 12 años de cárcel para el acusado por un delito continuado de abusos sexuales, así como 40.000 euros de indemnización para la pequeña. El representante del ministerio público desgranó que el acusado también confesó en el juicio que limpió las partes de su nieta en una ocasión, algo que en instrucción no contó. La defensa, por su parte, pidió la libre absolución. El juicio ha quedado visto para sentencia.