Un "cúmulo de casualidades" y la profesionalidad de un Bombero del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria se unieron en este suceso en el que una mujer, Letizia, de 38 años, se vio atrapada en el salón-cocina, paralizada, entre el humo y las llamas. La historia acabó con un final feliz.

"No sé cómo puedo agradecerle lo que ha hecho por mí", repetía la rescatada de un incendio en una vivienda en Marpequeña, en el municipio de Telde. "Olvídelo. Es mi trabajo", respondía el bombero David Narte Pereira, quien tiene una gran experiencia, ya que lleva 16 años en el Consorcio de Emergencias de Gran Canaria, y actualmente trabaja en el parque de Arinaga, en Agüimes, después de haber pasado por otros parques de bomberos, como el de TeldeGáldar y La Aldea de San Nicolás.

David Narte se encontraba de forma casual y solo en un piso de la calle La Habana, en Marpequeña, en el municipio de Telde, porque allí recibía cuidados por su convalecencia, cuando en torno a las 14.30 horas del pasado sábado empezó a escuchar "socorro", "auxilio", "que alguien me saque de aquí". Las peticiones de ayuda procedían de una de las dos viviendas colindantes de la misma planta. Entonces, el bombero reaccionó para ayudar a la mujer que pedía auxilio. Sin embargo, su situación no era, en absoluto, la más adecuada para un rescate: Estaba con la pierna izquierda apoyada en un sofá y con la rodilla inmovilizada por un accidente. Se baraja que haya alguna rotura en la rodilla, a falta de las pruebas médicas que lo confirmen o no.

Dos días antes de este suceso en Marpequeña, el jueves, sobre las ocho de la mañana, este bombero, que también reside en el término municipal teldense, ya uniformado para ir a trabajar al parque de bomberos de Arinaga, bajaba por unas escaleras mientras hablaba por su teléfono móvil, pisó un peine que estaba en un escalón, resbaló, cayó y rodó por las escaleras.

En su convalecencia llevó primero un yeso en la pierna por el mal estado de la rodilla, y el viernes lo sustituyó por una rodillera ortopédica que le daba algo más de movilidad. «Camino como un pirata con la pata de palo", señala David Narte. "Por lo menos puedo caminar, aunque no me quita los dolores", agrega.

Entonces, al oír anteayer los gritos, reaccionó. "Me puse la rodillera ortopédica, abrí la puerta principal de la vivienda y vi el pasillo lleno de humo. Y seguía escuchando las peticiones de auxilio. Caminé y cogí el extintor que estaba en el pasillo", cuenta Narte.

"Entré en la vivienda colindante para valorar. Estaba también llena de humo. Bajé las palancas del cuadro eléctrico. Y me encontré a una mujer paralizada, en shock, con un perra pequeña entre los brazos, y no sabía reaccionar en medio del salón-cocina, mientras, delante suya, ardían los muebles altos de la cocina, la campana del extractor y el microondas. Después supe que se había olvidado una sartén con aceite", relata.

Narte Pereira logró que ella saliera de la vivienda, mientras él la acompañaba cojeando, para poco después volver a entrar él y usó otra vez el extintor contra el fuego. Salió de nuevo por las dificultades para respirar. Los dos habían inhalado humo y la afectada tenía hollín en la cara, en especial en la nariz. Mientras, varios vecinos alertaron al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes)-112. A la calle La Habana se desplazaron una ambulancia del Servicio de Urgencias Canario (SUC), bomberos del parque de La Garita (Telde) y las policías Local y Nacional.

«Yo ni me acordaba de mi pierna, ni de los fuertes dolores que sentía antes de escuchar los gritos de auxilio. Es la primera vez que me veo en una situación como ésta, convaleciente y con un cúmulo de casualidades", apunta David Narte, quien había entrado por tercera vez y el fuego se había reactivado, por lo que usó de nuevo el extintor. Poco minutos después se encontró con sus compañeros de La Garita, a los que les explicó lo que había sucedido y lo que hizo. Sus colegas terminaron de extinguir las llamas y ventilaron la vivienda afectada.

Mientras, Letizia era atendida por el personal del SUC, para después ser trasladada al Hospital Insular de Gran Canaria, donde se le realizaron varios pruebas para, entre otras cosas, saber el porcentaje de gases que presentaba en la sangre, además de que fue asistida con oxígeno y aerosoles.

"Estoy muy agradecida al bombero David porque si no llega a ser por él, la casa [alquilada desde hace unos tres meses] se hubiera quemado en gran parte porque todo fue muy deprisa", asegura Letizia, quien ya se encuentra bien. "Estoy también agradecida por el buen trabajo de todos los bomberos, de los policías, del SUC y del personal del hospital", añade.

La mujer rescatada se sentía ayer domingo "muy aliviada" porque las consecuencias del fuego hubieran sido peores y porque no estaban con ella sus dos hijos, que son pequeños, en el incendio.