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Operación policial

Desarticulada una red con ramificaciones en Balears que estafó 1,5 millones de euros

La organización habría conseguido defraudar a más de 200 personas con ventas de productos a través de internet y préstamos de dinero - Los cabecillas de la trama coaccionaban a personas para recibir transferencias fraudulentas

Una de las páginas web fraudulentas que utilizaban en sus estafas.

Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización criminal que se dedicaba, presuntamente, a cometer estafas a través de internet. En la operación han sido detenidas un total de 45 personas de varias provincias españolas, entre ellas Baleares. Según fuentes policiales, el grupo habría conseguido engañar a más de 200 personas, haciéndose con un botín cercano al millón y medio de euros.

Las investigaciones comenzaron en julio de 2019, cuando los agentes detectaron la existencia de un grupo criminal internacional asentado en la República de Benín, en África. Desde allí, a través de «mulas» a las que coaccionaban para que recibieran las transferencias fraudulentas, dirigieron actividades delictivas en España, Alemania, Francia, Austria y Polonia.

Según la Policía Nacional, el grupo operaba según dos modus operandi perfectamente diseñados. Por un lado, a través de falsos portales web en los que ofrecían productos informáticos a un precio inferior al de mercado. Tras la falsa compra, los estafadores exigían a sus víctimas que, para recuperar su dinero, abriesen nuevas cuentas bancarias, consiguiesen tarjetas de crédito y se las enviasen por correo postal. Después, comenzaban a recibir grandes cantidades de dinero procedentes de otros fraudes que los estafadores retiraban mediante las tarjetas de crédito. Además, por cada retirada dejaban una «comisión» a disposición de la víctima para, de esta manera, convertirla en cómplice. Con el fin de dar una apariencia legal a este proceso, la organización realizaba un contrato falso con las «mulas» captadas, haciéndose pasar por prestamistas privados y, así, camuflar la comisión que pagarían a las víctimas como si fuera el abono del préstamo concedido.

El segundo modus operandi consistía en la publicación de anuncios en diversas redes sociales ofreciendo la concesión de falsos préstamos online, en los que se hacían pasar por financieras francesas. Los falsos prestamistas ponían como condición la apertura de una cuenta corriente en la que supuestamente le ingresarían el préstamo solicitado, y que debía estar a nombre de la víctima, quien debía ingresar una cantidad de dinero que oscilaba entre los 500 y 1.000 euros como gastos de comisión de apertura del préstamo. Además, debían obtener una tarjeta de crédito y enviarla a Benín junto con los datos y claves de la banca digital. Una vez que los miembros de la organización tenían las tarjetas en su poder, retiraban el dinero ingresado por la víctima para los gastos de gestión y comenzaban la extorsión. Con este elaborado proceso de fraude se han esclarecido más de 200 denuncias interpuestas en toda España.

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