Un hombre ha sido condenado este jueves a cuatro años de prisión por estafar 361.600 euros a la dueña de una panadería de Inca con falsas inversiones. El acusado, cliente de la víctima, le contó que trabajaba en Apple y que podía conseguir grandes intereses en muy poco tiempo. La mujer le hizo seis entregas de dinero, que el procesado se quedó. Este jueves ha reconocido los hechos durante una vista celebrada en la Audiencia Provincial y se ha conformado con la pena pactada entre la fiscal, su abogada y el letrado de la perjudicada, a la que deberá devolver el dinero.

Los hechos ocurrieron hace ahora cuatro años. El acusado, de 52 años y con varios antecedentes por hechos similares, se ganó la confianza de la dueña de una panadería de Inca a la que iba a comprar con frecuencia. Le contó que trabajaba en la multinacional Apple y que podía llevar a cabo una suculenta inversión que reportaría grandes beneficios. El hombre consiguió engatusar a la mujer, que se creyó el engaño. Entre octubre de 2017 y febrero de 2018, la panadera le entregó grandes cantidades de dinero. Inicialmente le dio, 8.800 euros, pero las entregas fueron creciendo hasta sumar 361.600 euros en total. Con cada pago firmaban un contrato con una fecha de vencimiento para recuperar el dinero, pero cuando vencía el plazo el estafador la emplazaba a hacerlo meses después.

La víctima no consiguió recuperar nada. El fraude salió a la luz cuando la madre del acusado, también clienta de la panadería, le contó a la perjudicada que su hijo no trabajaba. Así fue consciente de que había sufrido un engaño y denunció los hechos. El hombre tenía ya antecedentes por estafa en Lleida y Mallorca y fue detenido en enero de 2019.

La fiscalía consideró al acusado autor de un delito de estafa con la agravante de reincidencia y reclamó para él una condena de seis años de prisión. El ministerio público, la abogada defensora y el letrado de la víctima, que ejercía la acusación particular, han alcanzado finalmente un acuerdo de conformidad. El pacto incluye aplicar una atenuante de confesión, ya que el sospechoso reconoció los hechos cuando declaró en el juzgado de Inca. Así, finalmente se ha conformado con una pena de cuatro años de prisión y una multa de 1.350 euros. Además, deberá indemnizar a la afectada con 361.000 euros. El tribunal de la sección segunda de la Audiencia ha dictado sentencia en el acto.