El pasado lunes, agentes de la Policía Nacional de Palma, con la colaboración de la Policía Local, han procedido a la detención de ocho hombres de nacionalidad argelina de entre 20 a 28 años de edad, salvo el cabecilla de 41 años, como presuntos autores en una investigación por delito de pertenencia a organización criminal para la comisión de delitos . Además al principal investigado como presunto autor de favorecimiento de la inmigración ilegal y trata de seres humanos con la finalidad de cometer delitos.

Algunos de los detenidos eran miembros de pleno derecho de la organización mientras que otros colaboraban de forma ocasional.

Este lunes en la barriada de Pere Garau de Palma, medio centenar de agentes de la Policía Nacional y Policía Local han puesto punto final a la operación Alssariq, desarrollada contra una organización dedicada a la comisión de numerosos delitos contra el patrimonio, y a cuyos responsables se les atribuyen también los delitos de favorecimiento de la inmigración ilegal y la trata de seres humanos con fines de comisión de hechos delictivos.

Los agentes han asaltado la guarida del principal responsable de una organización criminal y de su lugarteniente, cuyo registro había sido acordado por un Juzgado de Palma; localizando y deteniendo a un total de ocho personas, en diferentes viviendas e inmuebles, todas ellas casas okupa donde se refugiaban los sospechosos.

Este operativo culmina una larga investigación con un doble origen: por un lado, los esfuerzos de la brigada de extranjería de la Policía Nacional por identificar a los responsables del constante tráfico de pateras desde Dellys (Argelia) a las costas baleares, y por otro, las pesquisas realizadas por la comisaría de distrito Centro de la Policía Nacional, con la colaboración del Grupo Operativo de Respuesta (GOR), por el incremento de delitos contra el patrimonio que se ha venido registrando durante el último año en una zona que abarcaba desde las Avenidas de Palma hasta la barriada de la Soledad, desde hurtos al descuido a robos con extrema violencia.

Las indagaciones realizadas por ambas unidades confluyeron en el principal encausado, un hombre de origen argelino de 41 años de edad al que se atribuye no solo el liderazgo de una organización criminal dedicada a distintos delitos contra el patrimonio, sino el favorecimiento de la inmigración ilegal e incluso la trata con fines de comisión de delitos en relación con los propios integrantes de esa organización, cuyo tránsito ilegal hacia Europa habría promovido para erigirse en la cabeza de una estructura criminal de incesante actividad.

En concreto, las investigaciones de la Comisaría de Distrito Centro en relación los hechos que se perpetraban en los entornos de esos inmuebles han permitido esclarecer 151 delitos y practicar 133 detenciones entre los moradores de las casas “okupa”, aunque se cree que el volumen de delitos perpetrado sería mucho mayor, cosa que se está investigando en estos momentos.

Al principio se trataba fundamentalmente de hurtos al descuido, ya fuera de móviles, patinetes, carteras o cualquier cosa de valor a su alcance, por lo general cometidos con un descaro que suplía su impericia como ladrones. Sin embargo poco a poco las acciones de estas personas fueron tomando un cariz más preocupante.

Por un lado, en aquellos hechos en que les resultaba necesario empleaban violencia para apoderarse de los objetos de las víctimas, llegando a usar armas blancas y hasta en una ocasión golpear brutalmente con un martillo a una de sus víctimas. Por otro lado, su conducta se fue haciendo más estructurada y fue más allá del ámbito geográfico más próximo a sus moradas, llegando a organizar durante todo el pasado verano cuadrillas para saquear a los turistas, fundamentalmente en las playas urbanas de Palma, no dudando en usar la intimidación o directamente la violencia contra sus víctimas cuando se percataban de que les estaban sustrayendo sus bienes.

Todo esto llevó a los investigadores a pensar que tales acciones no eran fortuitas, y que respondían a la existencia de una organización dedicada a tales delitos, que en muchos casos habría logrado perpetrar los hechos con impunidad, bien por lograr llevar a cabo sus acciones sin dejar rastros, bien por la intimidación que causaban a sus víctimas, a una de las cuales llegaron a agredir con armas blancas y spray tóxico como represalia por haberles denunciado, actitudes que expandieron el temor a sus integrantes y podría haber disuadido en un número indeterminado de casos a sus víctimas de denunciarles.

Por su parte, la UCRIF de la Policía Nacional había venido recabando pruebas de que el principal encartado, con auxilio de otro de los detenidos, que oficiaba como su “mano derecha”, habría estado reclutando ya desde 2019 a personas sin recursos en su país de origen con intención no solo de lucrarse por organizarles el viaje en patera, sino también de utilizarles una vez en Mallorca para desarrollar actividades criminales.

De especial gravedad es el hecho de que los inmigrantes hayan sido en muchos casos menores de edad, que tras ser acogidos en “centros” para su integración en la sociedad española, se fugaban de los mismos, para cometer delitos por cuenta suya, al parecer viéndose presionados por el hecho de que en algunos casos no se les había cobrado cantidad alguna por el viaje, comprometiéndose a “trabajar” una vez que estuviesen en España.

Tras concluir ambas unidades policiales de que el cabecilla de la trama estaba detrás no solo del tránsito ilegal de inmigrantes, aprovechando su especial vulnerabilidad; sino también de la usurpación de las casas “okupa” en que se habían instalado los sospechosos, donde los iba colocando una vez llegados a España para poder desarrollar sus actividades delictivas, la Policía Nacional agilizó lo máximo posible la desarticulación de esta organización.

Así, la Brigada de Extranjería en Palma ha contado con el apoyo de la UCRIF Central, unidad de ámbito nacional dedicada entre otras cosas al control de fronteras y la represión de las organizaciones dedicadas al tráfico de inmigrantes clandestinos; y la Comisaría de Distrito Centro junto con el apoyo del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) y la colaboración de la Policía Local de Palma, que estimó oportuno ceder los servicios del grupo de agentes especializados que desde 2019 participan en los operativos conjuntos entre ambos cuerpos para la desarticulación de organizaciones de carteristas.

El punto de inflexión del desarrollo de esta organización lo marca la usurpación de todo el edificio del número 63 de la calle Manacor, que se convertiría no solo en su base de operaciones, sino en un punto de encuentro para delincuentes que buscaban colocar mercancías robadas, menores fugados de centros e incluso la perpetración de otros delitos que se están investigando.

El incendio que se produjo en dicho domicilio hace escasas semanas, dio lugar a que sus moradores se reubicasen en las primeras casas usurpadas en la zona, siendo éstas en las que se ha desarrollado el operativo descrito.

Es de reseñar que ya antes del mismo las investigaciones posibilitaron la detención e ingreso en prisión de cuatro adultos, un miembro de pleno derecho de la organización y tres colaboradores ocasionales, así como el internamiento en un centro de reforma de uno de los menores traficados que se fugaba recursivamente de los centros de acogida; en todos los casos por razón de los numerosos delitos violentos que habían perpetrado los presuntos autores.

Las investigaciones por algunos de los numerosos hechos atribuidos a esta organización y sus colaboradores siguen abiertas, previéndose nuevas detenciones en fechas próximas.