«Pero si no ha pasado nada». Sebastián se sorprendía ayer al recibir la llamada de Diario de Mallorca. Tiene «solamente» 85 años y apenas una hora antes había sido rescatado del interior del pozo de su finca en sa Pobla, tras pasar cerca de media hora en el agua a cuatro metros de profundidad, agarrado a una cuerda. Cuando los bomberos lograron sacarle fue examinado por el personal de una ambulancia del 061, que comprobó que estaba ileso. Así que se fue a casa tranquilamente. «No tuve miedo ni nervios. Me di cuenta de que no tenía ningún daño y sabía que no tardarían en venir a ayudarme».
Sebastián explicaba ayer lo ocurrido, sin ocultar que la cosa le daba un poco de apuro: «Cuando lo lean mis hijos se van a asustar». Todo empezó sobre las once y media de la mañana, cuando se disponía a abrir la puerta de su casa de campo, ubicada junto a la carretera de es Murterar, en sa Pobla. «Se me han caído las llaves entre las puerta y un escalón, y no las podía coger, así que he pensado en entrar a través del pozo». El foso alberga una noria y se conecta con la casa. Tiene una profundidad de más de diez metros, y agua hasta un nivel de siete u ocho metros, según explica.
«Lo tengo tapado con una rejilla, así que la he quitado y me he metido dentro, sujetándome a unas tuberías, pero me han faltado cinco centímetros para poder agarrarme fuerte, y me he caído al agua».
Aunque los Bombers de Mallorca indicaron que desde la superficie hasta el agua había unos cuatro metros, Sebastián precisa que «solo me he caído de unos dos metros, ya que había bajado un poco». Una vez en el agua se ha sujetado a las paredes, «en parte con un pie y en parte con la cabeza, hasta que el compañero que estaba conmigo me ha tirado una cuerda para agarrarme y ha ido corriendo a pedir ayuda».
"Se me han caído las llaves y he intentado entrar en la caseta por el pozo. No lo volveré a hacer.
Este hombre fue corriendo a la carretera cercana y paró un camión que pasaba. El chófer avisó al 112 y se puso en marcha un operativo de rescate. Se movilizaron los Bombers de Mallorca, la Policía Local de sa Pobla, la Guardia Civil y el 061.
«No hacía pie, el agua tiene una profundidad de siete u ocho metros, pero estaba agarrado a la cuerda y me di cuenta de que no me había hecho daño, así que no estaba nervioso ni asustado. Sabía que no tardarían en venir a ayudarme», prosigue Sebastián. Calcula que estuvo en el agua una media hora. Uno de los bomberos descendió al pozo y le izaron. «Cuando me han sacado he visto toda la gente que había venido», comentaba. El personal de la ambulancia le examinó allí mismo y comprobó que se encontraba en buen estado, así que se fue a casa.
Cuando se le pregunta si había intentado entrar otras veces en la caseta a través del pozo comenta: «No, y no lo volveré a hacer».