Un hombre de 27 años atropelló en la madrugada del pasado domingo a un joven con el que acababa de mantener una discusión en el interior de un pub de la Font de Sant Lluís, en Valencia, causándole lesiones de distinta consideración, tras lo cual escapó del lugar. Minutos más tarde, perdió el control del vehículo, que acabó en el fondo del cauce del Túria, en la V-30. Sin embargo, no pudo ser detenido hasta tres horas más tarde, cuando le confesó a dos agentes de la Policía Local que acababa de intentar robar, sin éxito, dos motos para regresar a su casa. El arrestado, de origen español, quedó ayer en libertad tras su paso por el juzgado de guardia y está investigado por los delitos de lesiones, daños, contra la seguridad vial y robo con fuerza en las cosas.

Todo había comenzado poco antes de las cinco de la madrugada del domingo, cuando el ahora detenido se enzarzó en una discusión con un grupo de jóvenes dentro de un bar musical de la calle Entrada de Ponce, muy cerca de la conocida como rotonda de los Anzuelos, en la salida sur de Valencia. Terminada la discusión, el sospechoso se subió en su BMW de color gris y, al ver a sus contrincantes hablando en la calle, a punto de entrar en su vehículo, dio un volantazo y los embistió. Su objetivo era uno de los chicos con los que se había enfrentado. De hecho, llegó a aplastarle parcialmente con el morro de su coche contra el lateral del otro vehículo, aunque la víctima logró evitar el impacto frontal en el último momento, tal como se aprecia en un vídeo grabado casualmente por una vecina de la calle y que ha sido aportado a la causa judicial.

A continuación, el autor del atropello escapó, pero, en su intento por salir del lugar, chocó contra otros dos turismos estacionados en la calle, causándoles desperfectos.

Las víctimas llamaron al 112 y minutos después acudieron agentes de la Policía Local y de la Nacional, así como una ambulancia, que se ocupó de trasladar al Hospital La Fe al herido, a quien se le diagnosticaron lesiones en la cadera y el tobillo izquierdo. La Policía puso en marcha el dispositivo para localizar al autor del atropello, ya que contaban con su identificación gracias a que los testigos sabían su nombre y sus apellidos.

Poco después, la Guardia Civil alertó a la Policía Nacional de que un vehículo con las características del que buscaban por ese atropello estaba en el fondo del cauce del río, tras salirse de la vía en la V-30, a la altura del barrio de San Marcelino. Al parecer, el implicado en ambos hechos trataba de llegar a su casa, en Paterna, pero perdió el control y se accidentó. Dado que los guardias comprobaron que el coche estaba vacío y que no había nadie en los alrededores, enviaron una patrulla a su domicilio, pero tampoco dieron con el sospechoso.

Detenido varias horas después del atropello

El arresto acabaría produciéndose casi a las ocho y media de la mañana, cuando dos policías nacionales vieron a un joven con la ropa mojada y llena de barro, en la confluencia de las calles José Soto Micó y Pintor Rafael Solbes, no muy lejos de donde había estampado el coche. Al verles, el desconocido posó en el suelo una tijera y una varilla metálica, y se sentó en el bordillo. Viendo su aspecto, los agentes le preguntaron qué le sucedía y qué hacía con esas herramientas. De manera espontánea, les confesó que había tenido una pelea, pero que no estaba herido y que solo quería regresar a su casa, por lo que había tratado, sin éxito, de robar dos motos en una calle cercana

Los policías pidieron la presencia de una segunda patrulla, cuyos agentes comprobaron que decía la verdad al apreciar daños en dos motocicletas aparcadas cerca, así que lo detuvieron por los dos intentos de robo con fuerza. Mientras llevaban al detenido a un centro de salud para recibir asistencia médica, llegó un familiar del arrestado, quien contó a los agentes que lo estaban buscando porque, al parecer, se había visto envuelto en una pelea con heridos unas horas antes.

Cuando los policías lo comprobaron, averiguaron que el joven al que acababan de apresar estaba siendo buscado desde hacía horas por el atropello a la salida del pub, así como por el accidente con su coche. El detenido, pese a saberse descubierto, trató de engañar a los policías diciéndoles que su coche estaba perfectamente aparcado en el garaje de su casa, algo que los agentes ya sabían que era mentira, dado que seguía tirado en el cauce del Túria.

El arrestado, con antecedentes policiales, pasó ayer a disposición del juzgado de guardia de Valencia. El detenido, defendido por el letrado Ignacio Castillo Castrillón, quedó en libertad provisional, esto es, con cargos, sin medida cautelar alguna. De momento, no ha trascendido si ha sido sometido a algún test de consumo de alcohol o drogas. El acusado está siendo investigado por los delitos de lesiones, daños, contra la seguridad vial y robo con fuerza en las cosas.