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El investigado por matar a una yegua a hachazos en Pollença acumula diez antecedentes

El hombre de 61 años admitió que había sacrificado al animal para evitar que sufriera - En su historial policial hay un delito de incendio y varias infracciones sobre animales

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Imputado por matar a hachazos a un caballo en una finca en Pollença

Un delito de incendio, una infracción a la normativa sobre animales de compañía, infracción de la normas sobre sanidad animal, infracción de la normativa sobre espectáculos taurinos, desórdenes públicos, delito de hurto, delito de lesiones... El hombre de 61 años que ha sido investigado por la Guardia Civil por matar a una yegua en Pollença acumula un largo historial de delitos e infracciones administrativas a lo largo de los últimos quince años, varios de ellos relacionados con la gestión de animales. La última es su imputación por un delito relativo a la protección de animales domésticos, como presunto autor de la muerte a hachazos de una yegua y posterior amputación de sus patas, después de que el animal quedara atrapado en la barrera de una finca, como informó en exclusiva DIARIO DE MALLORCA.

Los hechos, que han sido objeto de una exhaustiva investigación por parte del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) y agentes del puesto de Pollença de la Guardia Civil, habrían ocurrido el pasado 9 de abril, en el interior de una finca de Pollença, propiedad de un ciudadano alemán, y en cuyo interior el investigado criaba varios toros y caballos.

Según la declaración de los testigos a la Guardia Civil, una de las yeguas propiedad del investigado había quedado atrapada en un paso canadiense, un foso de pequeña profundidad cubierto por barrotes metálicos, que permite el paso de vehículos y peatones, pero no el de ganado. Al parecer el animal, al meter las pezuñas entre los barrotes, se había roto varias patas y bloqueaba el camino. Cuando fue alertado de lo que había ocurrido, el hombre se presentó en el lugar.

Según la declaración de un testigo, el propietario del animal le dijo que había llamado a un veterinario, pero que no le contestaba. Acto seguido acudió a su vehículo, cogió un hacha y golpeó varias veces con ella en la cabeza a la yegua hasta causarle la muerte. Posteriormente le cortó tres de las tres patas para liberar el cadáver de la barrera. Lo ató con una cuerda y lo arrastró unos trescientos metros, para dejar libre el camino.

El cadáver del equino quedó abandonado en el monte. No fue hasta dos semanas después cuando unos excursionistas hallaron los restos descompuestos del animal con señales evidentes de violencia y las patas amputadas. Un ciudadano alertó a la Guardia Civil y varios agentes acudieron al lugar a realizar una inspección.

Los guardias localizaron la barrera canadiense, donde todavía había restos de sangre y pelo, y poco después descubrieron el cadáver de la yegua. La posterior investigación condujo al dueño del animal. El hombre admitió que había sacrificado al equino con una maza para evitar que sufriera, ya que tenía tres patas rotas y no podía salir del paso, e impedía la circulación de vehículos.

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